miércoles, 18 de septiembre de 2019

SE INCENDIA LA TIERRA



SE INCENDIA EL PLANETA. La quema, las rosas. Practica milenaria de los pueblos indígenas para preparar las tierras para la siembra antes de la llegada del invierno en El Salvador. Las quemas están prohibidas en El Salvador, los campesinos siempre las realizan. Cuando no pueden controlar la quema de potreros; pasa lo de Brasil.
Estos incendios contribuyen a la erosión de la biodiversidad con la destrucción de bosques, especies vegetales y animales y con el cambio climático al emitir gases de efecto invernadero, pero un hecho que tampoco puede pasar desapercibido es, como afirman los pueblos indígenas, que los incendios además de potenciarse con el cambio climático, parecen haber sido inducidos para terminar con las reservas indígenas por considerarlas un obstáculo al desarrollo económico, lo cual de ser cierto, no podría calificarse menos que un genocidio al estilo Nazi.
Lo que ocurre en la Amazonía está ocurriendo en otra veintena de países. En algunas zonas de África los incendios son de magnitudes extensas, aunque menos publicitadas
Todo esto nos debe dejar una lección de vida y es que con todo y lo importante que es el desarrollo económico no se puede supeditar lo ambiental a lo económico, no se puede eliminar requerimientos ambientales para favorecer a las empresas, no se puede seguir destruyendo zonas boscosas erosionando la biodiversidad y haciendo desaparecer fuentes de agua; no se puede llenar de plástico el planeta, si eso nos está afectando gravemente la salud, no se puede llenar los alimentos de pesticidas si eso nos envía al hospital con insuficiencia renal.
Copiando a un ilustre maestro, se podría decir que el dinero se hizo para servir al ser humano y no para que el ser humano sirva al dinero.
La tala y quema o roza y quema es la deforestación de un pedazo de tierra donde se queman los árboles, arbustos y hierbas que la habitan, con el objetivo de convertirlo en un campo de cultivo. Las cenizas restantes se esparcían y se utilizaban como fertilizante.
Durante la Edad Media, el campesinado preparaba la tierra mediante tala y quema para su cultivo temporal.La operación del terreno se realizaba de forma continua hasta que se agotaba la fertilidad de la tierra, y entonces la tierra era abandonada.
La tala y quema era común en las zonas de montaña donde tradicionalmente no había campos, en las propiedades con grandes masas forestales y en las universidades y comunas que poseían extensas tierras comunales.
En las regiones industrializadas –incluyendo Europa y Norteamérica–, la práctica fue abandonada con la introducción de la agricultura de mercado y la propiedad de la tierra. Sin embargo, la tala y quema sigue siendo usada en otras partes del mundo por cerca de 200-500 millones de personas.3​4​ En 2004 se calculó que sólo en Brasil 500 000 pequeños agricultores deforestaron cada uno una media de una hectárea de bosque al año.
Después de que los suelos se agoten, los agricultores deberán ir a otra parcela, que tras agotarse, se trasladaran a otra, y al final, volverán a empezar por la primera parcela que quemaron debido a que los suelos se reponen tras un tiempo.
Esta práctica agrícola, conocida como agricultura de roza o quema, es común en las zonas bajas de Ecuador, en el oriente de Perú y Bolivia, en la Amazonia, parte baja de Colombia, en sectores de América Central, en las islas del Caribe así como en Madagascar. Su origen se remonta a la época precolombina, en la que era practicada por grupos indígenas como los Arawarks, los Guaraníes, Uitoto y Shuaras.
Se llama también agricultura de «tala y quema», y es el sistema de cultivo más arcaico. Hoy se da en la zona intertropical, fundamentalmente en las cuencas del Congo y del Amazonas, Centroamérica y focos aislados de Asia. Se practica en la sabana o en la selva, en suelos poco fértiles

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