Formación del carácter, Conciencia y Personalidad. ¿Por qué
sos así?
Forjadores de carácter somos los que tenemos la oportunidad
de ser maestros de la Palabra de Dios. No importa a qué nivel enseñemos –ya sea
a adultos, jóvenes o niños. “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como
martillo que quebranta la piedra?” Tenemos en nuestras manos el arma más
poderosa para transformar vidas: la Palabra de Dios. “He aquí como el barro en
la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano”.
EL CARÁCTER
El carácter es parte esencial de nuestro ser. Por él nos
distinguimos de las demás personas. Nos hacemos únicos e inconfundibles. Tim La
Haye le llama “el verdadero yo, la suprema corte del individuo. El carácter no
se improvisa, se va formando poco a poco a fuerza de actos de dominio sobre sí
que, con la acumulación, va redondeando nuestra índole como se forma la bola de
nieve con la aglomeración de muchos copos.”
TEMPERAMENTO
El temperamento es una de las tres cosas que influencian
poderosamente la formación de nuestro carácter. Otra cosa que tiene que ver con
este proceso es la educación en la infancia. Aquí hace un papel muy importante
el hogar, especialmente el trato de padres e hijos.
El temperamento es la peculiaridad e intensidad individual
de los afectos psíquicos y de la estructura dominante de humor y motivación. El
término proviene del latín temperamentum: ‘medida’. Es la manera natural con
que un ser humano interactúa con el entorno. Puede ser hereditario y no
influyen factores externos (sólo si esos estímulos fuesen demasiado fuertes y
constantes); es la capa instintivo-afectiva de la personalidad, sobre la cual
la inteligencia y la voluntad modelarán el carácter (en el cual sí influye el
ambiente); ocupa también la habilidad para adaptarse, el estado de ánimo, la
intensidad, el nivel de actividad, la accesibilidad, y la regularidad; el
temperamento es la naturaleza general de la personalidad de un individuo,
basada las características del tipo de sistema nervioso.
El temperamento está relacionado con la influencia endocrina
(que se debe a los genes, y que se manifiesta en determinados rasgos físicos y
psicológicos). El temperamento y el carácter definen la personalidad del ser
humano; y la diferente combinación e intensidad que éstos se manifiesten en sus
diferentes áreas, nos hacen únicos y humanos. Los temperamentos o el
temperamento es el rasgo descriptivo del estilo de actuar que nos distingue de
los demás como únicos e irreemplazables, de modo que podamos armonizar con
ellos.
El estudio de los temperamentos ocupaba un papel importante
en la psicología anterior al siglo XX. Actualmente, tiene su gran valor
cotidiano y de utilidad para las personas en búsqueda de mayor sentido a su
vida mediante su expresión temperamental y de sus virtudes.
El factor en el establecimiento del carácter es la
conciencia. La Biblia nos dice que una conciencia puede ser cauterizada,
corrompida y débil, o puede ser buena y limpia según la habilidad de ésta de
discernir el bien o el mal. Esta conciencia nata tiene un papel en hacernos
diferentes de los demás seres vivientes. Qué necesario es motivar a nuestros
estudiantes a que permitan que las enseñanzas bíblicas refuercen la conciencia.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no
se apartará de él,” aconseja el proverbista. Es en la edad de la infancia
cuando los padres pueden inculcar buenos modales, buenas costumbres y sobre
todo el temor a Dios que enseña la Palabra de Dios. El maestro fiel que trabaja
en la Escuela Dominical también tiene una magnífica oportunidad de formar el
buen carácter preparando con cuidado la porción adecuada. De esta manera el
infante recibirá la enseñanza bíblica que le ayudará a ser un creyente firme y
netamente evangélico.
La juventud es la época de las decisiones. Algunas de ellas
determinarán el destino del joven. En este tiempo el joven se pregunta, ¿Qué
estudiaré? ¿Con quién me casaré? El salmista se hizo la pregunta: “¿Con qué
limpiará el joven su camino?” Él mismo responde: “Con guardar tu Palabra.” El
maestro que enseña a los de esta edad tiene el privilegio de ayudar a los
jóvenes a tomar decisiones correctas que fijarán el rumbo de toda su vida.
Sean niños, jóvenes o adultos, el maestro les puede alumbrar
el camino con sus enseñanzas. Podrá martillar el carácter de sus alumnos
“…hasta que todos lleguen a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de
Dios, a un varón perfecto a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”
LA PERSONALIDAD
La personalidad es un constructo psicológico, que se refiere
a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona, a la
organización interior que determina que los individuos actúen de manera
diferente ante una determinada circunstancia. El concepto puede definirse
también como el patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio
conductual que caracteriza a una persona, y que tiene una cierta persistencia y
estabilidad a lo largo de su vida, de modo tal que las manifestaciones de ese
patrón en las diferentes situaciones poseen algún grado de predictibilidad.
Naces con temperamento heredado de ascendientes, tu carácter
se forma en el camino de tu vida, la personalidad es la fachada de tu persona.
La vida te consume y mueres sin estos tres componentes. Genio y figura, hasta
la sepultura.
Estudio de la conducta humana es la sicología. Ha habido
tantos avances en esta rama de las ciencias que hoy cualquiera tiene vocablos
sicológicos en la calle o escuela.
Por: Enrique Barillas.
Publicado originalmente en CONOZCA, revista de Assemblies Of God en América
Latina y el mundo. Edición 1982.
Actualizado 2019, Santa Tecla.
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