2020: cambios de poder
y tendencias globales. “Jungla de matones.”
. “Líbrese quien pueda”
Arribando a mis 70 años me encuentro ya en la última etapa
de mi vida; y me hallo con un escenario mundial que aterra. Pero yo confiado en
mi futuro inexorable: La eternidad. Los que se quedan si tienen que pensarlo varias veces; y nada pueden hacer para
cambiar sus vida ni el futuro. Aquí en
El Salvador, pensando.
Transcurren los últimos días de la segunda década del siglo
XXI, en un mundo que cambió aceleradamente en las últimas tres décadas y que lo
hará aún más en las próximas tres hasta concluir su primera mitad. La
convergencia creciente entre una Rusia fortalecida con la gran potencia
económica China, frente a un presidente estadounidense adverso a la democracia
e institucionalidad en Estados Unidos y el mundo, ha dividido y debilitado a su
país y eliminado su liderazgo democrático, debilitando los derechos humanos,
las estrategias y alianzas democráticas, y la contención de los populismos y
autoritarismos en el mundo.
Así pasamos del unilateralismo hegemónico del poder
estadounidense al derrumbarse la Unión Soviética y el socialismo real, a la
disputa económica, comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China; de la
globalización y libre comercio ascendentes, al proteccionismo de Estados Unidos
con China y con sus aliados del norte y sur del continente americano, y al
BREXIT en Europa; de la democracia y el triunfante orden democrático-liberal,
al retroceso democrático iliberal liderado hoy por Washington en el Occidente;
de la confrontación global con la Unión Soviética y la contención de la Rusia
de Putin liderada por Washington, a los exitosos intentos de Rusia hackeando
los sistemas informáticos e inmiscuyéndose en los procesos electorales de
Estados Unidos; de la institucionalidad y convivencia democrática,
transparencia, compromiso con la objetividad y la búsqueda de la verdad, a su
negación y a las miles de "noticias falsas", violaciones de leyes,
linchamientos mediáticos e impunidades diversas en Estados Unidos, encabezados
por el mismo presidente.
Lo mismo puede preverse en la batalla entre las fuerzas
democráticas de Latinoamérica representadas por el Grupo de Lima y las fuerzas
del Castro-Chavismo respecto a la evolución de Venezuela, Nicaragua y Bolivia,
y otras naciones de Latinoamérica y el Caribe, dentro de una correlación de
fuerzas interamericanas reequilibradas desde la llegada a la presidencia de
López Obrador en México y de los Fernández en Argentina.
Con su ejemplo, apoyos y omisiones, Washington fortalece y
potencia el autoritarismo de un mundo-jungla de matones donde el desorden y la
impunidad ganan terreno aceleradamente, y donde el jungla de matones pareciera
convertirse en el comportamiento obligado de naciones, familias y personas cada
vez más indefensas a lo largo y ancho del mundo entero. “Líbrese quien pueda”
Sí. Henry Burgos lee en LPG y comenta.
Aquí en un pedacito de Tierra donde está el PRINCIPITO- PULGARCITO;
apenas contemplamos la realidad. Pero los efectos llegan como olas: Caravanas
huyendo, Mareros destrozando familias en todo Nequepio. ¿Quién puede salvarnos?
Así lucen los cambios de poder y
tendencias globales al comenzar la tercera década del siglo XXI (Washington
D.C., 25.12.2019). Arene, Henry Comenta.
ESCOBAR GALINDO OPINA. LPG.
Nos encontramos a las puertas de 2020, un año que se inicia
con un juego de factores que no se habían visto en los años precedentes, desde
la misma puesta en acción de la posguerra que inició en 1992. Y esto, por su
propia índole de perspectiva con múltiples interrogaciones e inquietudes,
requiere un tratamiento especial. La disyuntiva de entrada es: ¿Optimismo o
pesimismo? Aquí entra en juego la tendencia que predomina en cada quien; pero
al tratarse de un acontecer nacional, hay que poner sobre el tapete lo que ha
sido la actitud de los salvadoreños en el curso del tiempo. En otras épocas
anteriores, cambiar el giro de las dinámicas nacionales parecía imposible desde
los ámbitos populares; pero aun así, los salvadoreños fuimos dando señales de
sabia percepción sobre lo que acontecía y sobre lo que debería pasar.
Y la mejor prueba de ello fue la guerra de los 12 años.
Hagámonos aquí una pregunta de alto poder ilustrativo: ¿Cómo fue posible que en
esa guerra donde cada una de las fuerzas en conflicto contaba con el apoyo
pleno de una de las grandes potencias de la era de la Guerra Fría –Estados
Unidos y la Unión Soviética— ninguna de esas fuerzas pudiera alzarse con la
victoria militar? Para mí sólo hay una respuesta: porque el pueblo salvadoreño
no se volcó masivamente a favor de ninguna de ellas. Muestra perfecta de visión
histórica impecable.
Hoy estamos en un nuevo escenario, con relevo de actores y
con un argumento que se abre a las posibilidades posmodernas. Entonces, la
percepción por aplicar y las expectativas por activar deben corresponder al
momento en todas sus manifestaciones. No se vale esconderse en los hoyos del
pasado ni escudarse en los argumentos obsoletos. La clave está en responderle
al tiempo con sinceridad y con voluntad. Seamos optimistas sin ser ingenuos;
seamos analíticos sin ser obsesivos; seamos expectantes sin ser negadores... El
futuro también es nuestro.
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