TURCITO POR LA RUTA DEL INDIO AQUINO. Mercy y Kike. 37 años amarrados.
https://www.amazon.com/Anastasio-Magno-Aquino-Salvador-Spanish/dp/1500252603
San Vicente es la ciudad cabecera del municipio y
departamento homónimos en El Salvador. Fue fundada en el año 1635 y llegó a ser
capital del Estado entre 1834 a 1840, cuando El Salvador formaba parte de la
República Federal de Centro América, esto debido a que San Salvador se
convirtió en capital federal. Durante la colonización española, fue una de las
localidades más importantes de la Intendencia de San Salvador.
Historia. Época de la colonia
A mediados del siglo XVII, varias familias de españoles
dedicadas al cultivo del añil residían en las poblaciones de Apastepeque,
Tepetitán e Ixtepeque. Esta situación era prohibida por las Leyes de Indias,
que dictaminaban el impedimento de convivir en pueblos de indios. Precisamente,
el Presidente, Gobernador y Capitán General del Reino de Guatemala, don Álvaro
de Quiñónez y Osorio, estipuló el 7 de julio de 1634 que los alcaldes mayores
echasen “de dichos pueblos a los españoles, mestizos, negros y mulatos” de
dichas localidades. Esto motivó a los vecinos desplazados a fundar una nueva
colonia en 1635, decisión comunicada al Alcalde Mayor de San Salvador don Juan
Sarmiento de Valderrama.
De esta manera, el 26 de diciembre de 1635, medio centenar
de familias fundaron bajo un árbol de Tempisque y a orillas del río Acahuapa la
aldea que tuvo por nombre San Vicente de Lorenzana, en honor de san Vicente
abad o San Vicente de León, superior del monasterio de San Claudio en León y
quien pertenecía a la Casa de Lorenzana, la misma del Capitán General del
Reino.
Gracias a una donación de 1.600 pesos al rey Felipe IV de
España, la Real Audiencia de Guatemala otorgó al poblado el título de villa en
1658, y fue cambiado su nombre a San Vicente de Austria en honor a la casa que
pertenecía el soberano, quien a su vez fue nombrado primer alcalde honorario.
Asimismo, el Alcalde Mayor de San Salvador dispuso el establecimiento de la Provincia
de San Vicente. También fue levantada una iglesia parroquial cuyo primer cura y
Vicario fue don José Becerra Corral.
Para 1662, don Alonso Vides de Alvarado, descendiente
directo de los conquistadores don Gonzalo y don Jorge de Alvarado, hermanos del
adelantado Pedro de Alvarado, fungió como alcalde de la localidad. Don Alonso
también fue uno de los fundadores de San Vicente.
En 1740, de acuerdo a Pedro Cortés y Larraz, en San Vicente
habitaban 1.741 personas que comprendían a 6 familias de españoles con 390
vecinos y 284 familias de ladinos, mulatos y negros con 1.081 individuos,
siendo cabecera de la parroquia de igual nombre que abarcaba los pueblos de
Ixtepeque y Apastepeque, y más de 31 haciendas. Una vez creada la Intendencia
de San Salvador en 1786, fue uno de sus quince partidos, el cual incluía las
poblaciones de Apastepeque, Ixtepeque, Saguayapa, San Sebastián, Tecoluca y
Tepetitán. En la época de la colonización española, San Vicente era considerada
—junto a San Salvador, Santa Ana, San Miguel y Sonsonate— uno de los
principales núcleos urbanos donde residían la élite de criollos y españoles de
la provincia salvadoreña. Además, fue uno de los principales centros de
producción de añil, y uno de los lugares adonde se establecieron ferias para su
comercialización.
Los Alcaldes Ordinarios electos en el 1 de enero de 1803
para regir ese mismo año eran don Francisco Antonio Merino, Alcalde de primer
voto, y don Manuel Quirós, Alcalde de segundo voto.7
Durante los acontecimientos del primer movimiento
independentista de San Salvador de 1811, los vecinos españoles, coadyuvados por
el presbítero y canónigo doctor Manuel Antonio de Molina, rechazaron el
alzamiento. Molina llegó a tachar el movimiento como sacrílego y afirmó el
juramento de fidelidad a la monarquía española representada en Fernando VII.
Otros apoyaron la rebelión, entre quienes se encontraban Antonio José Cañas,
Vicente Villacorta, Miguel Cerro, Nicolás Burgos, José L. Miranda y José M.
Revelo. Por las muestras de fidelidad, el Capitán General José de Bustamante y
Guerra presentó ante el Consejo de Regencia de España e Indias la petición de
otorgar el título de ciudad a San Vicente, lo que fue concedido el 11 de julio
de 1812.
Pos-independencia
Sin embargo, en la localidad hubo exaltación al momento de
declararse la independencia centroamericana. El 15 de septiembre de 1821
firmaron el acta de independencia dos ilustres vicentinos: el presbítero y
doctor José Mariano Calderón y San Martín y el presbítero y canónigo doctor
Manuel Antonio de Molina y Cañas, quien para entonces simpatizaba con la causa
de la independencia. También San Vicente se convirtió en aliada de San Salvador
cuando se proclamó la anexión al Imperio Mexicano. Los vicentinos, con Juan
José Villacorta a la cabeza, proclamaron en documento dirigido a los
imperialistas: "...desengañémonos, hermanos guatemaltecos, mientras
existan entre nosotros esas arpías venenosas esos émulos de nuestros triunfos
que no agradecen la bondad generosa con que les hemos ofrecido la participación
de nuestros bienes y felicidades; y que quisieran volver a sumergirnos en la
espantosa lóbrega morada de la esclavitud, no hemos de vivir tranquilos, ni
veremos asegurada nuestra libertad, San Vicente no se cansará de repetir que
quiere ser libre e independiente absolutamente en unión de todo el pueblo de
Guatemala..."
De hecho, los vicentinos apoyaron el ejército defensor de la
emancipación en la Batalla de Llano El Espino y se mostraron en contra de los
grupos promonarquistas que se desplazaban desde San Miguel.
Por otro lado, el 12 de junio de 1824 se creó el
departamento de San Vicente con su cabecera en esta ciudad. Asimismo, en la
época republicana San Vicente enfrentó el alzamiento de Anastasio Aquino en
1833, quien la llegó a ocupar el 15 de febrero. A pesar de todo, fue esta misma
ciudad donde murió el alzado el 24 de julio.
En 1834, San Vicente fue declarada capital del estado por
Decreto Legislativo de 4 de octubre de 1834. Esto se debió al traspaso de la
capital de la República Federal de Centro América a San Salvador. En ese
tiempo, la población era descrita como: “una Ciudad que ofrece un vecindario,
cuya adhesión al sistema, amor al orden y a la libertad es incorruptible” …
“que tiene además edificios competentes, una temperatura sana y todas las
comodidades apreciables”.
Después de la disolución de la Federación
La capital del estado volvió a San Salvador en 1839 en vista
de la disolución de la federación. En 1844, un congreso fue realizado en este
lugar para tratar de establecer la unión de Centroamérica, pero no tuvo éxito.
En el informe de mejoras materiales del departamento de San
Vicente hecho por el gobernador Manuel Jiménez en el 19 de enero de 1856, se
informó que se habían mejorado los caminos principales, empedrando el resto de
la cuesta inmediata a la ciudad en dirección a la costa. También se continuó
casi hasta su terminación la reedificación de la casa de escuela.8
Época republicana
Para 1890, San Vicente tenía 8.570 habitantes. En ese
tiempo, según descripción del geógrafo Guillermo Dawson, la ciudad se
encontraba “dividida en siete barrios, llamados Santuario, San José, El
Calvario, San Juan de Dios, San Francisco, Barrio Nuevo o Llano Verde y
Callejón. Sus calles son la mayor parte rectas y empedradas. Tiene cinco
iglesias, un cabildo amplio y elegante, diez o doce escuelas, un buen hospital
y hermoso panteón. Sus alrededores son bellísimos y hay en la ciudad muy buenos
baños públicos”.
En el 20 de abril de 1893, durante la administración del
Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a
propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento
de una escuela mixta en el valle de San Antonio del Cerro, cuya dotación era 15
pesos mensuales.9
En la madrugada del sábado 25 de marzo de 1899 ocurrió un
temblor que dejó a la ciudad de San Vicente casi arruinada y afectó a las
poblaciones aledañas. En cuanto se tuvo noticia en San Salvador de la entonces
llamada «catástrofe» el Ministro de Beneficencia, doctor don Francisco Antonio
Reyes, partió a la ciudad llevando consigo fondos para atender a las
necesidades del vecindario. Al mismo tiempo, el gobierno ordenó al General Luis
Gómez para que al mando de 100 hombres se pusiera en marcha a la ciudad para
mantener el orden.10 Los temblores arruinaron la iglesia parroquial, la del
santuario y en parte a todas las demás, el Palacio Municipal, el cuartel, los
edificios de las escuelas y las cárceles; quedaron en el campo y sin hogar
todos los vecinos de los barrios de San José y El Calvario, habiendo sufrido
muchísimo el centro y los otros barrios.11
Torre y casco urbano de la ciudad de San Vicente, El
Salvador
A lo largo de su historia, San
Vicente ha sufrido diversas calamidades públicas debido a enfermedades como el
cólera, viruela, fiebre amarilla y escarlatina durante el siglo XIX, y también
terremotos como los sucedidos en 1719, 1783, 1854, 1855, 1872, 1915, 1917 y
2001.************************************************
VERAPAZ.
Verapaz es un municipio del departamento de San Vicente, El
Salvador. De acuerdo al censo oficial de 2007, tiene una población de 6.257
habitantes.1 su ruta de Buses interdepartamentales las cuales son ruta 501 de
San Salvador a Verapaz, Ruta 500 de Cojutepeque a Verapaz. Y la Rutas Urbanas
que son la Ruta 178 que recorre vía Kilómetro 51 de carretera Panamericana a
San Vicente ruta 160 que recorre el valle del Jiboa a San Vicente.
Historia
Verapaz fue un asentamiento indígena que se ubicó en el río
Verapaz, estuvo ahí la denominada fase guazapa en la que se asentó a las
orillas del río Verapaz y fue fundada en las postrimerías de la República
Federal de Centro América, siendo erigido como pueblo del distrito y
departamento de San Vicente en el año 1838. Obtuvo el título de «villa» en 1872
y hacia 1890 tenía una población de 3.500 habitantes.
En el 20 de abril de 1893, durante la administración del
Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a
propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento
de escuelas mixtas en los valles de Agua Caliente y Molino, cuyas dotaciones
eran 15 pesos mensuales cada una.2
La localidad ha sufrido los
embates de inundaciones en los años 1930 y 2009; esta última con una correntada
proveniente del volcán de San Vicente que destruyó la mayor parte del casco
urbano.3El siniestro ocasionó un mínimo de cuarenta fallecidos.
GUADALUPE.
Guadalupe es un municipio del departamento de San Vicente,
El Salvador.sus Rutas de Buses que llevan son la Ruta Interdepartamental 501
que hace su Recorrido de San Salvador a Guadalupe y la Ruta interurbana 178 que
recorre por el Km. 51. y la Ruta 160 Recorre por el valle del Jiboa estas dos
rutas con destino a San Vicente. Tiene una población estimada de 5886
habitantes para el año 2013.1
Historia
En el año 1790, el valle de Rincón Grande fue uno de varios
lugares que se agruparon para constituir el poblado de Nuestra Señora de
Tepetitán. En 1807, según el corregidor intendente don Antonio Gutiérrez y
Ulloa, Rincón Grande era una hacienda que administraba el común del pueblo de
Santo Domingo, en el que se cultivaba «tabaco de excelente calidad y maíz y
otras semillas; [con] temperamento cálido y vario».2
Durante el gobierno de Diego Vigil, y por Decreto
Legislativo del 21 de febrero de 1837, Rincón Grande se erigió en pueblo con el
nombre de «Guadalupe».
En el 12 de septiembre de 1897, Francisco Flores y sus
socios firmaron los estatutos de la Sociedad para la Construcción de la Iglesia
Parroquial de la Villa de Guadalupe. Los estatutos son aprobados por el
Ministerio de lo Interior en el 25 de noviembre.3
El 27 de marzo de 1888 obtuvo el título de villa, y en 1890
se estimaba su población en 1620 habitantes.
En el 20 de abril de 1893, durante la administración del
Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a
propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento
de una escuela mixta en el valle de Cárcamo, cuya dotación era 15 pesos
mensuales.4
El 10 de mayo de 1920, Guadalupe obtuvo el título de ciudad
en virtud de «su importancia agrícola y comercial, su densidad de población y
por llenar los demás requisitos que exige la Ley del Ramo Municipal».2
En el siglo XXI, el municipio ha sido afectado por dos
desastres naturales. Primero fueron los terremotos del 2001;5 y
posteriormente, junto a Verapaz, fue una de las localidades más afectadas por
las inundaciones del 2009.6
Información general
El municipio tiene un área de 21,51 km² y la cabecera una
altitud de 735 msnm.7Su territorio comprende los cantones San Antonio Los
Ranchos, San Benito, San Emigdio y San Francisco Agua Agria. Se encuentra
asentado en las faldas del volcán de San Vicente.
Las fiestas patronales se
celebran en el mes de diciembre en honor a Nuestra Señora de
Guadalupe.8También se celebra un «Festival del maíz» en el mes de agosto.
Tepetitán
es un municipio del departamento de San Vicente, El
Salvador. Según el censo oficial de 2007, tiene una población de 3.631
habitantes.1
Historia
El asentamiento primitivo de Tepetitán, de origen náhuatl,
se encontraba entre el volcán de San Vicente y el cerro Grande o Hueytepec. Ya
en la época de la colonización española, existió otro pueblo a un "cuarto
de legua" de aquel lugar que resultó extinguido. Posteriormente, en ese
sitio se ubicó la hacienda Tepetitán.
Para el año 1790, una caballería de dicha hacienda
pertenecía al mulato Pedro Pérez, a quien el Intendente de San Salvador, el
barón de Carardolet, propuso un arreglo para que se agruparan en un solo pueblo
a las familias indígenas y ladinas que se hallaban dispersas en los valles de
Aquíquisquillo, Rincón Grande, Barrancas de Zizimico y Ostuma, sitio de Jiboa y
sus lomas anexas. A cambio, a Pérez se le repondría su valor en las tierras
realengas situadas en las faldas del volcán Ichanmico, a tres leguas de
distancia de San Vicente. Fue así como se fundó el pueblo de Nuestra Señora del
Rosario de Tepetitán, y el subdelegado de la Real Hacienda, don José Santos de
Imendia, nombró como primer alcalde al mismo Pedro Pérez, quien no gozó del
arreglo al fallecer ese mismo año.
En ese tiempo la producción de tabaco en la intendencia era
notable, por lo que en Tepetitán se ubicó una factoría, adonde se depositaba el
producto. El traslado ocurrió en 1792. Para 1807, según el Intendente Antonio
Gutiérrez y Ulloa, el pueblo era "crecido de ladinos", con "unas
1,200 almas de todas las 4 edades y sexos". Para la época republicana,
pasó a formar parte del departamento de San Vicente el año 1824.
Por otra parte, Anastasio Aquino, líder de una revuelta
indígena en San Vicente, emitió en este poblado su Decreto de Tepetitán en
1833. De acuerdo al historiador Guillermo Dawson, en 1890 habitaban en el sitio
1.510 personas.
Desastres naturales
Tepetitán ha sido afectada por diversas inundaciones, como
las ocurridas en el año 1918; y la del 7 de junio de 1934 que destruyó la
localidad. Esta tragedia provocó que los vecinos decidieran trasladarse a su
actual asiento, que fue renombrado como Nuevo Tepetitán. También el año 2009, sucedió
otro temporal.2Asimismo, los terremotos de 2001 derribaron al menos 720
viviendas, y provocaron daños considerables en edificios públicos, aparte de
las personas damnificadas, lesionadas y cuatro fallecidas.3
Información general
El municipio tiene un área de
12,81 km², y la cabecera una altitud de 580 msnm. En idioma náhuat, Tepetitán
significa "Lugar entre cerros", o "Entre cerros". A través
de los años ha sido conocido como San Lucas Tepetitán (1694), Nuestra Señora
del Rosario de Tepetitán (1792), y Tepetitán (desde 1807). Las fiestas
patronales se celebran en el mes de agosto en honor a la Virgen del Tránsito.
SAN CAYETANO IXTEPEQUE
Ixtepeque es una población pipil precolombina y marcaba en
la antigua provincia de Cuzcatlan la mayor penetración hacia los pueblos de
idioma Nahuat. Ixtepeque significa en este idioma “Cerro de Obsidianas”, pues
proviene de Itz (obsidiana o vidrio volcánico) y Tepec (cerro, montaña,
localidad).
Época colonial
En 1550 tenía unos 375 habitantes. En una carta informe del
Oidor Don Diego de Palacio al Rey Felipe II, de 8 de marzo de 1576, se
encuentra el párrafo que textualmente dice:
“A la par del Norte de dicho Volcán (de San Vicente 0
Chinchontepec), esta un lugar que se dice Ixtepeque, y en sus términos unos manantiales
de agua caliente (ausoles o Infiernillos), tienen mucha lumbre y Azufre; en
todo aquel (distrito) alrededor hay muchos árboles y hierbas para buenos
efectos y en especial están los montes llenos de la Raíz de Michoacán."
En 1740, según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel
de Gálvez Corral, San Cristóbal Ixtepeque tenía 60 indios tributarios o jefes
de familia; es decir, unos 300 habitantes.
Don Antonio Gutiérrez y Ulloa, en 1807, agregan que en
Ixtepeque se cultiva tabaco, al que se le da bastante preferencia, y maíces, y
en sus tierras comunes se hacen varios sitios pequeños de ganado. Su
temperamento es cálido y vaporoso en todo tiempo, particularmente en la época
de lluvia.
Entre Ixtepeque y San Vicente, a unos 600 metros de aquel, se
formó en el terreno llamado antiguamente los “Cacahuatales”, un poblado de
ladinos con el nombre de San Cayetano.
Maldición y destrucción
Los indígenas de Ixtepeque tenían fama a principios del
siglo por ser grandes brujos, y en sus hechicerías participaban ladinos,
mulatos y negros.
En 1812, el padre Ignacio Perdomo, oriundo de San Vicente y
cura de Tepetitan, lanzó una maldición contra el pueblo de Ixtepeque, que era
ajeno a su parroquia, acusando a sus vecinos de ser brujos empedernidos,
hombres perversos y vasallos abandonados sin temor de Dios ni del Rey.
La maldición del padre Perdomo tuvo los efectos esperados:
los habitantes honrados de Ixtepeque, temerosos, empezaron a abandonar la
población, trasladándose a otros lugares, principalmente a la Zona de San
Cayetano, a donde no les alcanzara la maldición.
Época pos-independencia
Las pocas familias que quedaron en el pueblo maldito fueron
casi completamente destruidas por las epidemias del cólera morbus de 1837 a
1857, que naturalmente fueron atribuidas a la maldición.
Dice el Doctor Leopoldo A. Rodríguez que “El Supremo
Gobierno decretó en 1859 la extinción de Ixtepeque, porque habían disminuido de
tal manera sus habitantes que ya no reunía el número que la ley exigía para que
fuera pueblo y quedó adscrito como barrio a la Ciudad de San Vicente”.
Durante la administración del Dr. Rafael Zaldívar y por
decreto legislativo de 27 de febrero de 1882, los valles de San Cayetano e
Ixtepeque se erigieron en pueblo, con el nombre de San Cayetano Istepeque.
Igualmente, el decreto legislativo de referencia acordó que
“las Autoridades de dicho pueblo residan en San Cayetano”. La primera
municipalidad del nuevo pueblo de San Cayetano Istepeque estuvo constituida
así: Eustaquio Amaya, Alcalde; Dionisio Valladares, Primer Regidor; Manuel
Granada, Segundo Regidor y Salvador Marroquín, Síndico Municipal.
Empezando en la madrugada del sábado 25 de marzo de 1899,
una serie de terremotos afectó el área alrededor de la ciudad de San Vicente y
afectó a San Cayetano Istepeque. En San Cayetano Istepeque, se habían
deteriorado algunas casas de particulares y el cabildo, pero solamente en el
repello y tejados.1
Durante la Administración del General don Tomás Regalado y
por Decreto Legislativo del 12 de mayo de 1902, se anexó a San Vicente, en
calidad de barrio, el pueblo de San Cayetano Istepeque, por lo cual las
Autoridades electas en este pueblo cesaron en sus funciones.
El 4 de abril de 1908 la Asamblea Legislativa emitió un
decreto, en virtud del cual se erigió nuevamente en pueblo el barrio vicentino
de San Cayetano Istepeque.
Tomado de: “Historia de El Salvador, sus Villas, Pueblos y
Ciudades”, CONCULTURA.
San Cristóbal
Cristóbal significa: “El que carga o portador de Cristo”
San Cristóbal era un popular gigantón que antaño podía verse
con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades. Era creencia
común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo
peligro durante aquel día. Hoy, que se suele viajar en coche, los automovilistas
piadosos llevan una medalla de San Cristóbal junto al volante. Cristóbal se
apostó en un río por donde pasaban incontables viajeros a los que él llevaba
hasta la otra orilla.
Un día, cruzaba tímido y fatigado los ríos. Dios quiso
probar su fortaleza y se le apareció un niño para pedirle el favor de que lo
pasara a la otra orilla. Cristóbal le obedeció y cuando cruzaba la corriente
cargado con el niño, a mitad del río su peso se hizo insoportable y solo a
costa de enormes esfuerzos consiguió llegar a la orilla. Cristóbal llevaba en
hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió.
¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que
transportaba el mundo entero?
Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero,
pues soy el Creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado.
Desde ahora te llamarás Cristóbal, el Portador de Cristo. Cuando ayudes a
cualquiera a pasar el río, me ayudarás a mí.
San Cristóbal es un santo muy
popular y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado le han cantado
con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora
muchísimas catedrales en todo el mundo, como la de Toledo y la Iglesia Católica
de Ixtepeque y nos inspira a todos protección y confianza. Sus admiradores,
para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes,
le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un
árbol lleno de hojas por báculo. Se le considera patrono de los transportistas
y automovilistas.
VOLCÁN DE SAN VICENTE.
El volcán de San Vicente está ubicado en los municipios de
Guadalupe y Tepetitán en el departamento de San Vicente; y San Juan Nonualco y
Zacatecoluca en el departamento de la Paz en El Salvador. Se localiza
aproximadamente a 60 kilómetros al este de la ciudad capital San Salvador. Es
el segundo volcán de más altura de este país.
Consta de dos elevaciones: la más alta de 2.173 msnm con una
depresión en medio, reminiscencia de lo que fue un cráter; la otra, de 2.083
msnm, que tiene forma de cono con un cráter abierto hacia el este. En la base
del volcán, al lado sur, se ubican manantiales de aguas termales conocidos como
los infiernillos que emanan fuertes vapores y humo sulfúrico; hacia el norte
del volcán se extiende el Valle de Jiboa, una de las zonas más ricas de cultivo
en este país. De este volcán se desconoce alguna erupción.
Este volcán es conocido también con el supuesto nombre
aborigen nahuat de Chichontepec o Chichontepeque, que significaría Cerro de las
dos tetas. Sin embargo, el historiador Jorge Lardé y Larín asevera que tal
denominación fue un «invento» del coronel y licenciado Manuel Fernández en su
obra Bosquejo físico, político e histórico de la República del Salvador de
1869.1 Al contrario, en el siglo XVI fue conocido como Iztepe o Iztepeque,2 y a
finales de esa centuria, y a principios del siglo XVII, como Zacatecoluca;2
siendo en el siglo XVIII, muy probablemente, que adquirió el apelativo de San
Vicente.
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El Personaje: Carlos
Dardano
Tener sólo un ojo no es limitación para aterrizar un avión
sin motores”
Viene de familia de pilotos. Su abuelo fumigaba campos de
cultivos, su padre también volaba y él es desde su juventud piloto acróbata y
comercial. En una de las hazañas más espectaculares de la aviación moderna, en
mayo de 1988 aterrizó, con los motores quemados, un avión repleto de pasajeros
en la borda de un río en las afuera de Nueva Orleáns. Eso lo llevó directo a la
fama, especialmente porque seis años atrás, durante la guerra salvadoreña,
perdió su ojo izquierdo cuando una bala le alcanzó el rostro mientras
transportaba en una pequeña aeronave a una pareja de italianos.
Dárdano es todo un personaje. Trabaja desde hace 25 años en
TACA, donde se desempeña como capitán comercial. Es, además, dueño de una
empresa de aviación, en la que se enseña paracaidismo y vuelo acrobático (dos
actividades que sigue practicando).
Antes de empezar esta plática baja de su carro unas fotos.
Son las que le tomaron después de que el balazo impactara su cara. Las imágenes
de aquel 19 de enero de 1982 son duras. La primera pregunta viene luego de
verlas y hacerlas a un lado de la mesa.
¿Ya creía en Dios o lo hizo después de esto?
Siempre creía en él, no fanático pero sí creía. Ha habido
varias veces en mi vida que ha habido una presencia fuera de lo normal.
¿Qué andaba haciendo ese día?
Yo era un piloto ejecutivo en El Salvador y volaba para la
empresa Gutiérrez Flying Services. En 1981 me llaman a trabajar con TACA, tenía
22 años, pero yo amo y vivo la aviación. El trabajo que me habían dado era
ingeniero carguero y entonces en los días libres, que era técnicamente
prohibido por el contrato que tenemos en la empresa, yo me iba a volar a la
otra empresa o mis aviones.
¿Tiene aviones?
Tengo una empresa de aviación, escuela, paracaidismo, taxis
aéreos, propaganda aérea y toda esa paja. Entonces, ese día, tenía un vuelo a
Tegucigalpa (con TACA) pero alguien me dijo que por qué no antes llevaba a unos
ejecutivos de la presa San Lorenzo a la pista en un avión pequeño. Era un
matrimonio joven con un hijo de seis años, eran los gerentes de la presa. Nos
fuimos para allá, llegamos, sobrevuelo la pista y aterrizamos. Nos bajamos y
comenzamos a oír unos disparos lejanos pero ya no me gustó la situación,
entonces les dije que como no había ningún carro que era mejor que
sobrevoláramos y cuando viniera la seguridad aterrizamos. Subo yo, el avión es
de ala baja, y cuando ya nos íbamos la señora me preguntó si el niño podía
hacer pipi. Le dije que sí, me quedé así, me apoyé en la cabina y vi el reloj.
Faltaban tres minutos para las ocho de la mañana. Cuando me hago así (gira la
cabeza) para dirigirme a ellos es cuando me da el balazo y caigo al lado del avión.
Ahí es cuando comenzás a pensar veinte mil mierdas. No andaba armado, pensás en
que te van a matar, pensás en correr. Lo primero que hice fue tirarme a la
cabina del avión y lo comencé a arrancar.
¿Y la familia había entrado ya?
No, yo no los había visto pero seguían disparando.
¿Se veían los balazos?
Al avión le cayeron cinco o seis vergazos más. La familia se
metió inconscientemente. La señora se tiró, yo aceleré.
¿Y usted miraba?
No, en ese momento yo iba agachado porque sabía que el avión
iba recto. El tipo que disparaba parece que estaba en un ángulo que a la cabina
no le daba. Despega, nos vamos entre los palos, ya iba yo viendo, sangrando
horriblemente.
¿Y la pareja se había fijado ya?
Sabían que venía herido pero no me habían visto la cara. Por
San Vicente tomé altura, cuando sabía que estaba fuera del rango de disparo.
Era un vuelo de 20 minutos de ese lugar a Ilopango. El caballero se pasó para
adelante y en una de esas volteamos a vernos y me reflejé en los anteojos de él
y me quedé y dije “puta”. Me tapaba el otro ojo y no podía ver. Yo decía,
talvez alguna esquirla me tapa la vista. La aflicción ya no era esa sino si
podría llegar a Ilopango sin desmayarme y el tipo comienza a afligirse.
Ninguno tenía idea de cómo volar.
Nada y él me dice “enseñame a volar” y le dije que estaba
loco, que tranquilo. Entonces se volvió histérico y tomó los controles del
avión. Le tuve que pegar un codazo, tranquilo, le dije. Estábamos en ese
momento entrando al lago(Ex Aeropuerto Internacional de Ilopango) y faltaban
cinco minutos. Yo sabía que llegaba.
Pero comprendía lo que hacía el tipo, ¿no?
Claro, yo igual lo hubiera hecho o peor.
¿Y cómo sabía que llegaba?
La hemorragia ya había parado, la camisa y el pantalón
estaban rojos y quedó un buen charco de sangre en el avión.
La bala se pasó llevando todo el pómulo y explotó el ojo.
Llegamos a Ilopango.
¿Ahí le dijeron que perdería el ojo?
No, eso me lo dijeron…bueno no me lo dijeron. El doctor
López Bertrand, compadre de mis padres, me atendió y yo le tenía mucha
confianza pero desde que uno ve las reacciones de “vamos a hacer todo lo
posible” ya uno está claro de que la situación no es salvable. Siempre uno
piensa que puede corregirse, que yendo al extranjero, sin ponerse a pensar que
aquí en el país tenemos lo mejor. Yo cometí la tontera de irme a Miami a
hacerme una operación en el piso de órbita y solo a coger una infección fui, y
la cicatriz me la dejaron peor. Aquí, el mayor trabajo que me hicieron fue
plástico y fue excelente. Me dejaron nítido.
¿Y a todo esto TACA no dijo nada?
Ahí viene donde la empresa se porta sobrenatural conmigo.
Los dueños, Roberto Kriete y Federico Bloch, me llaman a una entrevista y me
ofrecen su apoyo incondicional. Me dijeron que si no podía seguir volando
podría trabajar en otro puesto. Eso fue como volver a nacer; yo sabía que
estaba joven pero mi sueño siempre fue ser piloto.
¿Qué fue lo primero que pensó cuando le cayó la bala?
Eso, que ya no sería piloto, eso era lo que me preocupaba.
¿Cuándo se dio cuenta que podría volar nuevamente?
Afortunadamente dentro de las normas americanas, como mucho
piloto lisiado durante la guerra, ellos tienen un programa que se pasan pruebas
para demostrar que se puede seguir volando. En la rama ocular tomaba casi un
año y entonces yo regresé. Valga la salvedad que cuando salí del hospital, que
estuve tres días, eso fue un sábado. Yo tenía mi avión y aún con todas vendas,
que tenía como 150 puntos, y le digo a mi compadre, “mirá, vamos a volar”.
Nooooo.
Y como yo tenía mi avión…
¿Cuánto años dice que tenía?
22.
Joven y necio.
Es que mi aflicción era que me dijeran que no podía volar.
Me reporté con torre, todo mundo sabía pero nadie me paró. Fui a dar una vuelta
y hasta le hice un roll a la torre y ya con eso… me costaba más echar un
líquido a un vaso que volar.
Precisamente de eso veníamos hablando…
Una de las cosas más difíciles es la profundidad. Si tú
tienes algo así (señala su vaso) y ya con líquido y echarlo claramente en el
lugar. Hay trucos pero igual ahora la profundidad molesta. Si estás
retrocediendo tenés que saber que hay cierta variación.
¿Y cómo son las pruebas que le hicieron?
En Estados Unidos te hacen unas pruebas que el campo del ojo
se agranda. Si tu tuvieras menos nariz o no tuvieras un solo ojo sería capaz de
abarcar lo que los dos abarcan. Cuando tu pierdes un miembro, si uno tiene 90
grados pues hace 120 luego. Te meten en un cuarto y comienzan a sacarte lucitas
de diversos ángulos y le decís al doctor cuando las ves. Me balearon en enero y
yo para el primero de abril ya tenía mi certificado médico y listo para entrar.
¿Le cuesta más manejar un carro que un avión?
La verdad es que ya no me cuesta. Ando en moto, limitaciones
al principio sí. Mi manera de ver no es recta, siempre me hago hacia un lado.
¿Sigue siendo capitán?
Sigo siendo capitán de A320, el mandamás, el piloto al
mando.
¿Le ha pasado aquí que alguien se suba al avión y diga no
quiero volar luego de ver que solo tiene un ojo?
No, gracias a Dios tenemos cierto prestigio en la aviación
porque además soy piloto acróbata. Además, la emergencia en Nueva Orleáns te
pone en estampa un sello de oro donde tu demostrás que la emergencia que
hiciste es más difícil que un space shuttle (las naves que utiliza la NASA en
sus transbordadores espaciales) y este fue un aterrizaje sin motores en la
borda de un río. Mundialmente, y en las entrevistas que me hicieron en NBC, el
hecho de que uno sólo tenga un ojo no es limitación para haber podido ejecutar
la maniobra esa.
El Vuelo 110 de TACA fue un vuelo regular comercial
internacional operado por TACA Airlines, viajando de Belice a Nueva Orleans. El
24 de mayo de 1988, el vuelo perdió potencia en ambos motores pero los pilotos
lograron efectuar un aterrizaje de emergencia satisfactorio en un prado, sin
provocar más que heridas menores. El capitán del vuelo era Carlos Dardano,
salvadoreño, quien solo gozaba de la visión de un ojo, pues el otro lo había
perdido como consecuencia de una bala, volando un avión, siete años antes,
durante una guerra civil en su país.1
El avión, un Boeing 737-3T0 (registro N75356, número de
serie 23838), efectuó su primer vuelo el 26 de enero de 1988, y entró en
servicio con TACA dos meses más tarde.2 Este día, el vuelo discurría
normalmente, despegando del Aeropuerto Internacional Philip S. W. Goldson de la
Ciudad de Belize y sobrevolaba el Golfo de México frente a la costa de
Louisiana.
La investigación de la Oficina Nacional de la Seguridad en
el Transporte (NTSB) reveló que durante el descenso desde FL 350 (35 000 pies
(10 668 m)) preparándose para su aterrizaje previsto en el Campo de Moisant en
Nueva Orleans, los pilotos notificaron zonas de ligeras a moderadas
precipitaciones en su procedimiento de llegada, representadas por colores
verdes y amarillos en su radar meteorológico, así como "algunas zonas
rojas aisladas" indicativas de zonas de fuertes precipitaciones a ambos
lados de su patrón de vuelo programado.3
El vuelo entró en la zona de nubes a FL300 (30 000 pies
(9144 m)), la tripulación seleccionó "empuje continuo" y encendieron
el motor anti-hielo para proteger sus motores turbofán de los efectos de la
precipitación y la helada, cualquiera de los cuales pueden causar un incendio,
y provocar la pérdida de potencia. En lugar de volar una ruta entre las fuertes
precipitaciones expuestas en el radar, se toparon con fuertes precipitaciones,
granizo, y turbulencias. Pasando a través de 16 500 pies (5029,2 m), ambos
motores se apagaron, dejando al avión planeando y sin motores o potencia
eléctrica alguna. La Unidad de Potencia Auxiliar (APU) fue iniciada cuando el
avión pasaba a 10 500 pies (3200,4 m), restaurando la potencia eléctrica.
Mientras los intentos de inicio de motor por "molino de viento"
usando el flujo de aire provocado por el descenso del avión resultaban
insatisfactorio, los pilotos no tuvieron problemas en arrancarlos con la
potencia de la APU. Sin embargo, ningún motor lograba acelerar hasta velocidad
de ralentí, ni mucho menos lograr un mínimo de empuje. Los intentos de
adelantar las palancas de gases solo provocaron que los motores se
recalentasen, por lo que procedieron a su apagado para evitar un fallo
catastrófico. Los pilotos aterrizaron en un campo de hierba en la Instalación
de la Asamblea Michoud de la NASA en Michoud al este de Nueva Orleans,
provocando un aterrizaje seguro.3
Los investigadores de la NTSB determinaron que el avión
había volado de forma inadvertida en una tormenta de nivel 4 y la ingestión de
agua había provocado la congestión de ambos motores al haber superado la
capacidad estándar determinada por la Administración Federal de Aviación (FAA).
El avión sufrió daños en los álabes por el granizo, y su motor del lado derecho
(número 2) quedó dañado por el sobrecalentamiento.3
Al principio, se planeó retirar las alas y transportar el
avión a una instalación de reparación en barcaza, pero los ingenieros y pilotos
de pruebas de Boeing decidieron efectuar un cambio de motor en el lugar y
despegar desde la carretera pavimentada adyacente que daba acceso a la
instalación.3 El 737 despegó de Moisant para efectuar sus reparaciones. El
avión regresó posteriormente al servicio activo.
La investigación concluyó que los motores habían fallado
"como resultado de un encuentro en vuelo con una zona de fuertes
precipitaciones y granizo. Una causa que contribuyó al incidente fue el diseño
inadecuado de los motores y que los certificados de ingestión de agua de la FAA
no hacían mención a las tasas de agua previstas en tormentas con
precipitaciones moderadas o fuertes.
VIAJES EN AVIONETA EN TIEMPOS DE
GUERRA. MORAZÁN
Ilopango. 1984, Parqueé mi
Volkswagen rojo y me dispuse a chequear y pagar cincuenta colones para mi
viaje, A OSICALA, a dar mi conferencia a
jóvenes. Ya volando, Me dio miedo cruzar el lago de Ilopango en la avioneta
taxi. Solo 4 pasajeros y el piloto. Se podía ver la profundidad del lago
cráter. Yo Iba a enseñar en una convención de jóvenes a San Francisco Gotera
sobre el tema Noviazgo Cristiano. Pude ver de lejos mi pueblito natal: SAN PEDRO
NONUALCO; Cuando pasaba enfrente del volcán Chinchontepec, San Vicente. Desde
este volcán le dispararon a una avioneta, los insurgentes, cegando de un ojo
al piloto Carlos Dárdano. Este hizo una
hazaña al planear un avión de TACA, viendo con solo un ojo. El otro lo perdió
en el ataque de los insurgentes del batallón ANASTASIO AQUINO.
http://carlosdardanosalvadoreno.blogspot.com/
https://es.wikipedia.org/wiki/Vuelo_110_de_TACA
Que emoción. El valle de Jiboa bajo mis pies. Luego apareció
como una mazacuata tratando de alcanzar el océano Pacífico el rio Lempa para
beber agua salada. Sus dos puentes destruidos por la guerra civil.
Osicala, un pueblo del departamento
de Morazán. Aquí se llevaría a cabo la convención. San Francisco Gotera. Aquí se encontraba el
aeropuerto artesanal de tierra. Yo creía que era necesario uno de concreto para
que la avioneta CESSNA aterrizara.
Polvazón al aterrizar. Mi maleta con mi Biblia. La avioneta seguía su ruta a La
Unión y San Miguel; recogiendo y botando pasajeros. La gente viajaba mucho en
estas avionetas para evitar las carreteras plagadas de militares y
guerrilleros. Los dos puentes que unen Oriente volados – derrivados-. Parecía
que el país se dividiría en dos: Oriente y Occidente. Como Viet Nam del Norte y
Sur ; o Corea del Norte y Sur. Aquí sería El Salvador Oriente y El Salvador
Occidente, el Lempa de por medio. Nadie ganaba la guerra civil. USA sostenía
económicamente y militarmente para detener el comunismo. Dominó: Nicaragua,
luego El Salvador, Guatemala y México. Luego el comunismo hasta Washington.
Me hospedo en un cuarto con hamaca y una cama de henequén en
el centro de GOTERA. Arturo Membreño, presidente regional de jóvenes, me
espera. Esa noche nace Arturito, su hijo.
El día siguiente, Llegan grupos de jóvenes de las iglesias vecinas a San
Francisco Gotera. Los jóvenes aportaron para mi pasaje y para el fondo general
juvenil. Membreño había sido pastor en las montañas y por la fuerza de los
insurgentes había venido a San Francisco Gotera donde la iglesia se hizo grande
con los creyentes que venían de Perquín y otros pueblos vecinos de Morazán
huyendo de la guerra. La mayoría de la gente de Osicala emigró a USA Y mundo.
De regreso de la convención juvenil. A 500 metros de San
Francisco Gotera está la mini pista. El norte del departamento de Morazán
tomado por insurgentes. Rio Torola es testigo. Presuroso llegó a abordar la
avioneta. Vamos a La Unión, San Miguel, Usulután, buscando pasajeros. Viaje de
30 minutos. Mi Volkswagen rojo
esperándome en Ilopango.
OTROS VIAJES A MORAZÁN
Un año más tarde asistí a este bonito pueblo de OSICALA para
enseñar a jóvenes del distrito de San Francisco Gotera otra vez. En avioneta
salient0o de ILOPANGO. Una vez más fue un viaje escuela conociendo mi país y
guardando recuerdos de mis viajes por las 23 regiones en que se dividía nuestro
trabajo juvenil.
20 años después
regresé con Moisés Ramírez y encontré una iglesia poderosa. En tres manzanas,
con radio, TV, internet, colegios. La guerra sirvió para mucho, no solo para
lamentarnos. También con Enrique Magaña regresé como conferencista a las
convenciones de Fraternidad de Varones, ministerio para Adultos Mayores. Mario
me hospedó en Perquín y pude montar a caballo y ver el museo de la guerra civil
que está en la ciudad. Lo que más me impresionó un boquete de una bomba de 500
libras lanzada por aviones USA. Fotos y G3, M16 . Conocía armas que nunca había
visto.
Viajamos a la frontera. Rio Sapo, Ruta de la Paz. Que no se
repita la guerra
Gratos recuerdos de nuestra guerra civil.
http://espanol.mapsofworld.com/wp-content/uploads/2011/10/mapa-de-morazan.png
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NEQUEPIO
Del fondo de los océanos emergiste, Nequepio
Para unir las Américas, millones de años, ha.
Hoy, nombre de DIOS te pusieron: El Salvador
Y así: Nequepio, Cuscatlán, Pulgarcito, vá
Tropel de caballos cruzan el rio Paz
Pedro de Alvarado irrumpe la paz
300 años de colonización empiezan
Hispania ibérica católica invade Cuscatlán
Tonatiuh, el Adelantado, el Sol, en Acajutla
Preñaba indias bellas por noche. Deleite eros
Pavo real de colores, sus hijos. ADN real
Luego, la historia por 500 años de estirpe
Dos culturas chocan, se amasan y amansan con el tiempo
Religión, lenguaje, sangre: Revoltijo de etnias nace aquí
Una nueva sociedad se
incuba en el vientre de Nequepio
La civilización envenena montañas, cielos, ríos, aire y mar
Pipiles, lencas, Chrotis, Uluas, Kakawiras: pueblos nativos
Funden su sangre pura con sangre azul de españoles.
En catedral, pueblos, ciudades y cantones, se alza la cruz
Desaparece los dioses: Sol, Luna, Estrellas, Jaguares y Maíz
Rumbo al sur pasaron por siglos pueblos originarios genios
A poblar el sur de la América. Chinchorros, incas y nazcas.
Siempre había un remanente poblando Nequepio - Cuscatlán
Los volcanes, montañas y lagos son testigos de esta historia
Machu Pichu, Nazca, Amazonas, indios, pasaron por aquí, por
“Tierra extraña”, Tierra Mágica llena de lagos y volcanes:
Científicos, ingenieros, sociólogos y arquitectos genios
Van al sur, pasando por NEQUEPIO, tierra fértil y mágica.
Nequepio, nombre olvidado por los salvadoreños híbridos
Estampida de mareros y guerrilleros. ¿Quién los para, hoy?
Ni la ONU, ni OEA pueden. Solo el destino y Tonatiuh
El tiempo pasa: Nuevas generaciones aparecen poblando
Ciegas repúblicas se forman en Centroamérica, ODECA
Rompecabezas en América. Llegan los euros, rusos y chinos
“Dolorosa y sangrienta es su historia,” “violencia, maldita
seas.”
Sombrero azul: “Nietos del Jaguar”… ¡Aquí estamos¡
Los gringos provocan la guerra otra vez. Yankees go home
70 mil mueren: Jesuitas, obreros, maestros. Desaparecidos
De la locura a la Esperanza. El Salvador, 25 años, ha. 2017
“De la paz en la dicha suprema,”… ¡Seguimos buscándola¡
barillasenrique@gmail.com
http://anecdotariodevida.blogspot.com/
GLOSARIO
PEDRO
DE ALVARADO. Tras la toma de Tenochtitlan en
1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones más al sur, lo que le
permitió pasar a la historia también como conquistador de Guatemala y El
Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque siguiendo a Cortés, también
concluyó la conquista en Honduras.
En 1524, Pedro de Alvarado ordena la
fundación de la primera capital colonial de Guatemala: Santiago de los
Caballeros inicialmente en Iximché (Tecpán), luego refundada en 1527 en el
valle de Almolonga (hoy el barrio de San Miguel Escobar en Ciudad Vieja,
Sacatepéquez) tras una revuelta indígena.
En 1525 ordenó a Gonzalo de Alvarado
la fundación de una villa con el nombre de San Salvador en el Señorío de
Cuzcatlán, para dominar los naturales de esas tierras. Ambas localidades
llegaron a tener tanta preponderancia en sus respectivas provincias
jurisdiccionales que terminaron por convertirse en capitales de las repúblicas
de Guatemala y El Salvador, respectivamente; aunque ninguna está en su
emplazamiento original hoy en día.
En 1527 viajó a España y se
entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor gloria, al recibir del
emperador los nombramientos de gobernador, capitán general y adelantado de
Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva España. Sin embargo,
a su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva España lo encarceló y
lo procesó; sólo pudo librarse del cautiverio por la intervención de Cortés.
TONATIUH. Al conquistador
español Pedro de Alvarado se le atribuyó el nombre de Tonatiuh por su pelo
rubio y ojos celestes. El icono del sol de manera ancestral era el águila, en
náhuatl cuauhtli.
NEQUEPIO. El mismo nombre
Nequepio suscita alguna extrañeza para quienes han visto el título de la obra.
No se trata más que del nombre con que se conocía La parte de Cuzcatlán desde
el sur centroamericano; desde Panamá y Nicaragua. Hay varias descripciones
geográficas que hacen coincidir ese nombre con el Cuzcatlán nahua-pipil, además
del uso común que se hizo de él en León de Nicaragua. Se le ha dado la
explicación etimológica de “tierra extraña”.
El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por
la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523, había sido
reseñado muy superficialmente, sin un estudio pormenorizado, de su integración,
circunstancias y alcances geográficos. Sin embargo, su interés está más allá de
las usuales breves menciones, con mucha documentación que refleja los
preparativos, la integración y los resultados contradichos por algunos
contemporáneos, incluso por el cronista que más se refirió a esta navegación,
considerada un viaje menor dentro de los de descubrimiento, como es Gonzalo
Fernández de Oviedo.
El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por
la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523. El viaje de
Andrés Niño involucra la presencia trascendente del controvertido Pedrarias
Dávila, que quiso entorpecer la expedición de Niño y González Dávila por una no
disimulada envidia por las capitulaciones que habían firmado con la Corona.
Pedrarias Dávila, primero gobernador de Panamá y luego de Nicaragua, por otro
lado, con los ímpetus dirigidos hacia el norte del istmo, siempre pretendió
hacer valer los derechos que creía tener sobre la región salvadoreña
translempina oriental y aun sobre la margen derecha occidental,cislempina, del
río.
Diego López de Salcedo, en enero de 1529, cuyo resultado
inmediato fue la invasión del oriente, hoy salvadoreño, entonces llamado
genéricamente Popocatépet “cerro que humea” por lo españoles de Nicaragua, y su
llegada, a finales de ese año, de la tropa al mando de Martín
Estete, hasta la recién establecida villa de San Salvador,
en 1528, sobre la cual también reclamaba derechos. Estos aducidos derechos
sobre San Salvador en Ciudad Vieja tienen un antecedentehasta ahora
prácticamente ignorado en la historia colonial salvadoreña.
Se trata de la llegada de Hernando de Soto a la “gran ciudad
de Nequepio”, o sea, la población de Cuzcatlán, a finales de 1524, o en los
primeros días de 1525, lo que está plasmado en la carta de Pedrarias Dávila a
Carlos V de mayo de 1525, desde Panamá. Nunca se le dio interés por los
historiadores nacionales porque erróneamente situaron Nequepio como otro nombre
de la Choluteca hondureña. La llegada de Hernando de Soto a la población de
Cuzcatlán es la explicación de la fundación apresurada del primer San Salvador
a principios de 1525, con solamente un ayuntamiento compuesto por la tropa
enviada, un cabildo organizado en el real, en el campamento, sin ninguna
pretensión inmediata de poblamiento ni urbanismo, porque lo indispensable era
marcar jurisdicción de conquista para Pedro de Alvarado, ante la ya manifiesta
avanzada por el sur en nombre de Dávila.
El libro también refiere la prisa por establecer la villa de
San Miguel de la Frontera en el Popocatépet oriental, en 1530. Una aportación
de las Crónicas son los datos sobre el comercio esclavista desatado después de
la refundación de San Miguel, en 1535, con barcos que llegaban a cargar
indígenas al golfo de Fonseca para llevarlos como esclavos al sur.
Capítulo especial merece, en el libro, el frustrado viaje de
Alvarado a las islas Molucas, expedición que partió de Acajutla a principios de
septiembre de 1540 y terminó en México, po Uno de ellas sería, ya muerto
Alvarado en julio de 1541, la de Juan Rodríguez Cabrillo, enviada por Mendoza,
que descubrió la Alta California a finales de 1542, donde se emplearon barcos
de
Alvarado, al igual como se habrá utilizado más de alguno
proveniente de la armada de Acajutla en el descubrimiento de las islas
Filipinas por Ruy López de Villalobos. r los arreglos con el virrey Antonio de
Mendoza. Quien le dio carta de ciudadanía a Amapala fue Pedro de Alvarado, al
organizar allí su flota para la expedición hacia el Perú, reconcentrada frente
a la caleta del sitio en el año 1533. Desde Amapala salían españoles con
indígenas auxiliares a combatir indígenas rebeldes que se hacían fuertes en
peñoles y amenazaban a la débil y novata villa de San Miguel, establecida en
las proximidades del pueblo indígena de Usulután.
En 1590 se creó la
guardianía franciscana de Santa María de las Nieves en Amapala, y el convento
se levantó en 1593 en el lugar hoy conocido como Pueblo Viejo, sitio
arqueológico depredado que marca el emplazamiento del convento seráfico,
destruido por bucaneros franceses al mando de un capitán Grogniet en 1686.
Santa María de las Nieves tuvo a su cargo la atención religiosa de los
habitantes de las islas Meanguera y Conchagua, también llamada isla de Amapala,
hasta que los isleños vieron sus pueblos incendiados por filibusteros ingleses
en 1684, por lo que un grupo de ellos fundó el nuevo Santiago de Conchagua en
tierra firme, al pie del volcán de Amapala, hoy volcán de Conchagua.
A Amapala había
llegado, en 1590, el grupo de ingenieros enviados por la Corona para evaluar la
posibilidad de la ruta transístmica Fonseca-PuertoCaballos, expertos
encabezados por el célebre Juan Bautista Antonelli.
Las Crónicas de Cuzcatlán-Nequepio y del Mar del Sur han
sido el fruto de un buen esfuerzo y de mucha investigación por varios años. Una
obra muy particular en su género, que viene a enriquecer la literatura
histórica sobre los siglos de la monarquía española en las provincias
salvadoreñas.