lunes, 4 de enero de 2021

SAN VICENTE. EL SALVADOR. VOLCÁN Y CIUDAD.


TURCITO POR LA RUTA DEL INDIO AQUINO.  Mercy y Kike. 37 años amarrados.

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San Vicente es la ciudad cabecera del municipio y departamento homónimos en El Salvador. Fue fundada en el año 1635 y llegó a ser capital del Estado entre 1834 a 1840, cuando El Salvador formaba parte de la República Federal de Centro América, esto debido a que San Salvador se convirtió en capital federal. Durante la colonización española, fue una de las localidades más importantes de la Intendencia de San Salvador.

Historia. Época de la colonia

A mediados del siglo XVII, varias familias de españoles dedicadas al cultivo del añil residían en las poblaciones de Apastepeque, Tepetitán e Ixtepeque. Esta situación era prohibida por las Leyes de Indias, que dictaminaban el impedimento de convivir en pueblos de indios. Precisamente, el Presidente, Gobernador y Capitán General del Reino de Guatemala, don Álvaro de Quiñónez y Osorio, estipuló el 7 de julio de 1634 que los alcaldes mayores echasen “de dichos pueblos a los españoles, mestizos, negros y mulatos” de dichas localidades. Esto motivó a los vecinos desplazados a fundar una nueva colonia en 1635, decisión comunicada al Alcalde Mayor de San Salvador don Juan Sarmiento de Valderrama.

De esta manera, el 26 de diciembre de 1635, medio centenar de familias fundaron bajo un árbol de Tempisque y a orillas del río Acahuapa la aldea que tuvo por nombre San Vicente de Lorenzana, en honor de san Vicente abad o San Vicente de León, superior del monasterio de San Claudio en León y quien pertenecía a la Casa de Lorenzana, la misma del Capitán General del Reino.

 

Gracias a una donación de 1.600 pesos al rey Felipe IV de España, la Real Audiencia de Guatemala otorgó al poblado el título de villa en 1658, y fue cambiado su nombre a San Vicente de Austria en honor a la casa que pertenecía el soberano, quien a su vez fue nombrado primer alcalde honorario. Asimismo, el Alcalde Mayor de San Salvador dispuso el establecimiento de la Provincia de San Vicente. También fue levantada una iglesia parroquial cuyo primer cura y Vicario fue don José Becerra Corral.

 

Para 1662, don Alonso Vides de Alvarado, descendiente directo de los conquistadores don Gonzalo y don Jorge de Alvarado, hermanos del adelantado Pedro de Alvarado, fungió como alcalde de la localidad. Don Alonso también fue uno de los fundadores de San Vicente.

 

En 1740, de acuerdo a Pedro Cortés y Larraz, en San Vicente habitaban 1.741 personas que comprendían a 6 familias de españoles con 390 vecinos y 284 familias de ladinos, mulatos y negros con 1.081 individuos, siendo cabecera de la parroquia de igual nombre que abarcaba los pueblos de Ixtepeque y Apastepeque, y más de 31 haciendas. Una vez creada la Intendencia de San Salvador en 1786, fue uno de sus quince partidos, el cual incluía las poblaciones de Apastepeque, Ixtepeque, Saguayapa, San Sebastián, Tecoluca y Tepetitán. En la época de la colonización española, San Vicente era considerada —junto a San Salvador, Santa Ana, San Miguel y Sonsonate— uno de los principales núcleos urbanos donde residían la élite de criollos y españoles de la provincia salvadoreña. Además, fue uno de los principales centros de producción de añil, y uno de los lugares adonde se establecieron ferias para su comercialización.

 

Los Alcaldes Ordinarios electos en el 1 de enero de 1803 para regir ese mismo año eran don Francisco Antonio Merino, Alcalde de primer voto, y don Manuel Quirós, Alcalde de segundo voto.7​

 

Durante los acontecimientos del primer movimiento independentista de San Salvador de 1811, los vecinos españoles, coadyuvados por el presbítero y canónigo doctor Manuel Antonio de Molina, rechazaron el alzamiento. Molina llegó a tachar el movimiento como sacrílego y afirmó el juramento de fidelidad a la monarquía española representada en Fernando VII. Otros apoyaron la rebelión, entre quienes se encontraban Antonio José Cañas, Vicente Villacorta, Miguel Cerro, Nicolás Burgos, José L. Miranda y José M. Revelo. Por las muestras de fidelidad, el Capitán General José de Bustamante y Guerra presentó ante el Consejo de Regencia de España e Indias la petición de otorgar el título de ciudad a San Vicente, lo que fue concedido el 11 de julio de 1812.

Pos-independencia

Sin embargo, en la localidad hubo exaltación al momento de declararse la independencia centroamericana. El 15 de septiembre de 1821 firmaron el acta de independencia dos ilustres vicentinos: el presbítero y doctor José Mariano Calderón y San Martín y el presbítero y canónigo doctor Manuel Antonio de Molina y Cañas, quien para entonces simpatizaba con la causa de la independencia. También San Vicente se convirtió en aliada de San Salvador cuando se proclamó la anexión al Imperio Mexicano. Los vicentinos, con Juan José Villacorta a la cabeza, proclamaron en documento dirigido a los imperialistas: "...desengañémonos, hermanos guatemaltecos, mientras existan entre nosotros esas arpías venenosas esos émulos de nuestros triunfos que no agradecen la bondad generosa con que les hemos ofrecido la participación de nuestros bienes y felicidades; y que quisieran volver a sumergirnos en la espantosa lóbrega morada de la esclavitud, no hemos de vivir tranquilos, ni veremos asegurada nuestra libertad, San Vicente no se cansará de repetir que quiere ser libre e independiente absolutamente en unión de todo el pueblo de Guatemala..."

De hecho, los vicentinos apoyaron el ejército defensor de la emancipación en la Batalla de Llano El Espino y se mostraron en contra de los grupos promonarquistas que se desplazaban desde San Miguel.

Por otro lado, el 12 de junio de 1824 se creó el departamento de San Vicente con su cabecera en esta ciudad. Asimismo, en la época republicana San Vicente enfrentó el alzamiento de Anastasio Aquino en 1833, quien la llegó a ocupar el 15 de febrero. A pesar de todo, fue esta misma ciudad donde murió el alzado el 24 de julio.

En 1834, San Vicente fue declarada capital del estado por Decreto Legislativo de 4 de octubre de 1834. Esto se debió al traspaso de la capital de la República Federal de Centro América a San Salvador. En ese tiempo, la población era descrita como: “una Ciudad que ofrece un vecindario, cuya adhesión al sistema, amor al orden y a la libertad es incorruptible” … “que tiene además edificios competentes, una temperatura sana y todas las comodidades apreciables”.

Después de la disolución de la Federación

La capital del estado volvió a San Salvador en 1839 en vista de la disolución de la federación. En 1844, un congreso fue realizado en este lugar para tratar de establecer la unión de Centroamérica, pero no tuvo éxito.

En el informe de mejoras materiales del departamento de San Vicente hecho por el gobernador Manuel Jiménez en el 19 de enero de 1856, se informó que se habían mejorado los caminos principales, empedrando el resto de la cuesta inmediata a la ciudad en dirección a la costa. También se continuó casi hasta su terminación la reedificación de la casa de escuela.8​

Época republicana

Para 1890, San Vicente tenía 8.570 habitantes. En ese tiempo, según descripción del geógrafo Guillermo Dawson, la ciudad se encontraba “dividida en siete barrios, llamados Santuario, San José, El Calvario, San Juan de Dios, San Francisco, Barrio Nuevo o Llano Verde y Callejón. Sus calles son la mayor parte rectas y empedradas. Tiene cinco iglesias, un cabildo amplio y elegante, diez o doce escuelas, un buen hospital y hermoso panteón. Sus alrededores son bellísimos y hay en la ciudad muy buenos baños públicos”.

En el 20 de abril de 1893, durante la administración del Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento de una escuela mixta en el valle de San Antonio del Cerro, cuya dotación era 15 pesos mensuales.9​

En la madrugada del sábado 25 de marzo de 1899 ocurrió un temblor que dejó a la ciudad de San Vicente casi arruinada y afectó a las poblaciones aledañas. En cuanto se tuvo noticia en San Salvador de la entonces llamada «catástrofe» el Ministro de Beneficencia, doctor don Francisco Antonio Reyes, partió a la ciudad llevando consigo fondos para atender a las necesidades del vecindario. Al mismo tiempo, el gobierno ordenó al General Luis Gómez para que al mando de 100 hombres se pusiera en marcha a la ciudad para mantener el orden.10​ Los temblores arruinaron la iglesia parroquial, la del santuario y en parte a todas las demás, el Palacio Municipal, el cuartel, los edificios de las escuelas y las cárceles; quedaron en el campo y sin hogar todos los vecinos de los barrios de San José y El Calvario, habiendo sufrido muchísimo el centro y los otros barrios.11​

Torre y casco urbano de la ciudad de San Vicente, El Salvador

A lo largo de su historia, San Vicente ha sufrido diversas calamidades públicas debido a enfermedades como el cólera, viruela, fiebre amarilla y escarlatina durante el siglo XIX, y también terremotos como los sucedidos en 1719, 1783, 1854, 1855, 1872, 1915, 1917 y 2001.************************************************

VERAPAZ.

Verapaz es un municipio del departamento de San Vicente, El Salvador. De acuerdo al censo oficial de 2007, tiene una población de 6.257 habitantes.1​ su ruta de Buses interdepartamentales las cuales son ruta 501 de San Salvador a Verapaz, Ruta 500 de Cojutepeque a Verapaz. Y la Rutas Urbanas que son la Ruta 178 que recorre vía Kilómetro 51 de carretera Panamericana a San Vicente ruta 160 que recorre el valle del Jiboa a San Vicente.

Historia

Verapaz fue un asentamiento indígena que se ubicó en el río Verapaz, estuvo ahí la denominada fase guazapa en la que se asentó a las orillas del río Verapaz y fue fundada en las postrimerías de la República Federal de Centro América, siendo erigido como pueblo del distrito y departamento de San Vicente en el año 1838. Obtuvo el título de «villa» en 1872 y hacia 1890 tenía una población de 3.500 habitantes.

En el 20 de abril de 1893, durante la administración del Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento de escuelas mixtas en los valles de Agua Caliente y Molino, cuyas dotaciones eran 15 pesos mensuales cada una.2​

La localidad ha sufrido los embates de inundaciones en los años 1930 y 2009; esta última con una correntada proveniente del volcán de San Vicente que destruyó la mayor parte del casco urbano.3​El siniestro ocasionó un mínimo de cuarenta fallecidos.

GUADALUPE.

Guadalupe es un municipio del departamento de San Vicente, El Salvador.sus Rutas de Buses que llevan son la Ruta Interdepartamental 501 que hace su Recorrido de San Salvador a Guadalupe y la Ruta interurbana 178 que recorre por el Km. 51. y la Ruta 160 Recorre por el valle del Jiboa estas dos rutas con destino a San Vicente. Tiene una población estimada de 5886 habitantes para el año 2013.1​

 

Historia

En el año 1790, el valle de Rincón Grande fue uno de varios lugares que se agruparon para constituir el poblado de Nuestra Señora de Tepetitán. En 1807, según el corregidor intendente don Antonio Gutiérrez y Ulloa, Rincón Grande era una hacienda que administraba el común del pueblo de Santo Domingo, en el que se cultivaba «tabaco de excelente calidad y maíz y otras semillas; [con] temperamento cálido y vario».2​

 

Durante el gobierno de Diego Vigil, y por Decreto Legislativo del 21 de febrero de 1837, Rincón Grande se erigió en pueblo con el nombre de «Guadalupe».

 

En el 12 de septiembre de 1897, Francisco Flores y sus socios firmaron los estatutos de la Sociedad para la Construcción de la Iglesia Parroquial de la Villa de Guadalupe. Los estatutos son aprobados por el Ministerio de lo Interior en el 25 de noviembre.3​

 

El 27 de marzo de 1888 obtuvo el título de villa, y en 1890 se estimaba su población en 1620 habitantes.

 

En el 20 de abril de 1893, durante la administración del Presidente Carlos Ezeta, la Secretaría de Instrucción Pública y Beneficencia, a propuesta del Director General de Educación Pública, acordó el establecimiento de una escuela mixta en el valle de Cárcamo, cuya dotación era 15 pesos mensuales.4​

 

El 10 de mayo de 1920, Guadalupe obtuvo el título de ciudad en virtud de «su importancia agrícola y comercial, su densidad de población y por llenar los demás requisitos que exige la Ley del Ramo Municipal».2​

 

En el siglo XXI, el municipio ha sido afectado por dos desastres naturales. Primero fueron los terremotos del 2001;5​ y posteriormente, junto a Verapaz, fue una de las localidades más afectadas por las inundaciones del 2009.6​

 

Información general

El municipio tiene un área de 21,51 km² y la cabecera una altitud de 735 msnm.7​Su territorio comprende los cantones San Antonio Los Ranchos, San Benito, San Emigdio y San Francisco Agua Agria. Se encuentra asentado en las faldas del volcán de San Vicente.

 

Las fiestas patronales se celebran en el mes de diciembre en honor a Nuestra Señora de Guadalupe.8​También se celebra un «Festival del maíz» en el mes de agosto.

 

Tepetitán

es un municipio del departamento de San Vicente, El Salvador. Según el censo oficial de 2007, tiene una población de 3.631 habitantes.1​

Historia

El asentamiento primitivo de Tepetitán, de origen náhuatl, se encontraba entre el volcán de San Vicente y el cerro Grande o Hueytepec. Ya en la época de la colonización española, existió otro pueblo a un "cuarto de legua" de aquel lugar que resultó extinguido. Posteriormente, en ese sitio se ubicó la hacienda Tepetitán.

Para el año 1790, una caballería de dicha hacienda pertenecía al mulato Pedro Pérez, a quien el Intendente de San Salvador, el barón de Carardolet, propuso un arreglo para que se agruparan en un solo pueblo a las familias indígenas y ladinas que se hallaban dispersas en los valles de Aquíquisquillo, Rincón Grande, Barrancas de Zizimico y Ostuma, sitio de Jiboa y sus lomas anexas. A cambio, a Pérez se le repondría su valor en las tierras realengas situadas en las faldas del volcán Ichanmico, a tres leguas de distancia de San Vicente. Fue así como se fundó el pueblo de Nuestra Señora del Rosario de Tepetitán, y el subdelegado de la Real Hacienda, don José Santos de Imendia, nombró como primer alcalde al mismo Pedro Pérez, quien no gozó del arreglo al fallecer ese mismo año.

 

En ese tiempo la producción de tabaco en la intendencia era notable, por lo que en Tepetitán se ubicó una factoría, adonde se depositaba el producto. El traslado ocurrió en 1792. Para 1807, según el Intendente Antonio Gutiérrez y Ulloa, el pueblo era "crecido de ladinos", con "unas 1,200 almas de todas las 4 edades y sexos". Para la época republicana, pasó a formar parte del departamento de San Vicente el año 1824.

 

Por otra parte, Anastasio Aquino, líder de una revuelta indígena en San Vicente, emitió en este poblado su Decreto de Tepetitán en 1833. De acuerdo al historiador Guillermo Dawson, en 1890 habitaban en el sitio 1.510 personas.

 

Desastres naturales

Tepetitán ha sido afectada por diversas inundaciones, como las ocurridas en el año 1918; y la del 7 de junio de 1934 que destruyó la localidad. Esta tragedia provocó que los vecinos decidieran trasladarse a su actual asiento, que fue renombrado como Nuevo Tepetitán. También el año 2009, sucedió otro temporal.2​Asimismo, los terremotos de 2001 derribaron al menos 720 viviendas, y provocaron daños considerables en edificios públicos, aparte de las personas damnificadas, lesionadas y cuatro fallecidas.3​

 

Información general

El municipio tiene un área de 12,81 km², y la cabecera una altitud de 580 msnm. En idioma náhuat, Tepetitán significa "Lugar entre cerros", o "Entre cerros". A través de los años ha sido conocido como San Lucas Tepetitán (1694), Nuestra Señora del Rosario de Tepetitán (1792), y Tepetitán (desde 1807). Las fiestas patronales se celebran en el mes de agosto en honor a la Virgen del Tránsito.

SAN CAYETANO IXTEPEQUE

Ixtepeque es una población pipil precolombina y marcaba en la antigua provincia de Cuzcatlan la mayor penetración hacia los pueblos de idioma Nahuat. Ixtepeque significa en este idioma “Cerro de Obsidianas”, pues proviene de Itz (obsidiana o vidrio volcánico) y Tepec (cerro, montaña, localidad).

 

Época colonial

En 1550 tenía unos 375 habitantes. En una carta informe del Oidor Don Diego de Palacio al Rey Felipe II, de 8 de marzo de 1576, se encuentra el párrafo que textualmente dice:

 

“A la par del Norte de dicho Volcán (de San Vicente 0 Chinchontepec), esta un lugar que se dice Ixtepeque, y en sus términos unos manantiales de agua caliente (ausoles o Infiernillos), tienen mucha lumbre y Azufre; en todo aquel (distrito) alrededor hay muchos árboles y hierbas para buenos efectos y en especial están los montes llenos de la Raíz de Michoacán."

 

En 1740, según el alcalde mayor de San Salvador don Manuel de Gálvez Corral, San Cristóbal Ixtepeque tenía 60 indios tributarios o jefes de familia; es decir, unos 300 habitantes.

 

Don Antonio Gutiérrez y Ulloa, en 1807, agregan que en Ixtepeque se cultiva tabaco, al que se le da bastante preferencia, y maíces, y en sus tierras comunes se hacen varios sitios pequeños de ganado. Su temperamento es cálido y vaporoso en todo tiempo, particularmente en la época de lluvia.

 

Entre Ixtepeque y San Vicente, a unos 600 metros de aquel, se formó en el terreno llamado antiguamente los “Cacahuatales”, un poblado de ladinos con el nombre de San Cayetano.

 

Maldición y destrucción

Los indígenas de Ixtepeque tenían fama a principios del siglo por ser grandes brujos, y en sus hechicerías participaban ladinos, mulatos y negros.

 

En 1812, el padre Ignacio Perdomo, oriundo de San Vicente y cura de Tepetitan, lanzó una maldición contra el pueblo de Ixtepeque, que era ajeno a su parroquia, acusando a sus vecinos de ser brujos empedernidos, hombres perversos y vasallos abandonados sin temor de Dios ni del Rey.

La maldición del padre Perdomo tuvo los efectos esperados: los habitantes honrados de Ixtepeque, temerosos, empezaron a abandonar la población, trasladándose a otros lugares, principalmente a la Zona de San Cayetano, a donde no les alcanzara la maldición.

 

Época pos-independencia

Las pocas familias que quedaron en el pueblo maldito fueron casi completamente destruidas por las epidemias del cólera morbus de 1837 a 1857, que naturalmente fueron atribuidas a la maldición.

 

Dice el Doctor Leopoldo A. Rodríguez que “El Supremo Gobierno decretó en 1859 la extinción de Ixtepeque, porque habían disminuido de tal manera sus habitantes que ya no reunía el número que la ley exigía para que fuera pueblo y quedó adscrito como barrio a la Ciudad de San Vicente”.

 

Durante la administración del Dr. Rafael Zaldívar y por decreto legislativo de 27 de febrero de 1882, los valles de San Cayetano e Ixtepeque se erigieron en pueblo, con el nombre de San Cayetano Istepeque.

 

Igualmente, el decreto legislativo de referencia acordó que “las Autoridades de dicho pueblo residan en San Cayetano”. La primera municipalidad del nuevo pueblo de San Cayetano Istepeque estuvo constituida así: Eustaquio Amaya, Alcalde; Dionisio Valladares, Primer Regidor; Manuel Granada, Segundo Regidor y Salvador Marroquín, Síndico Municipal.

 

Empezando en la madrugada del sábado 25 de marzo de 1899, una serie de terremotos afectó el área alrededor de la ciudad de San Vicente y afectó a San Cayetano Istepeque. En San Cayetano Istepeque, se habían deteriorado algunas casas de particulares y el cabildo, pero solamente en el repello y tejados.1​

 

Durante la Administración del General don Tomás Regalado y por Decreto Legislativo del 12 de mayo de 1902, se anexó a San Vicente, en calidad de barrio, el pueblo de San Cayetano Istepeque, por lo cual las Autoridades electas en este pueblo cesaron en sus funciones.

 

El 4 de abril de 1908 la Asamblea Legislativa emitió un decreto, en virtud del cual se erigió nuevamente en pueblo el barrio vicentino de San Cayetano Istepeque.

 

Tomado de: “Historia de El Salvador, sus Villas, Pueblos y Ciudades”, CONCULTURA.

San Cristóbal

Cristóbal significa: “El que carga o portador de Cristo”

San Cristóbal era un popular gigantón que antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades. Era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Hoy, que se suele viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de San Cristóbal junto al volante. Cristóbal se apostó en un río por donde pasaban incontables viajeros a los que él llevaba hasta la otra orilla.

 

Un día, cruzaba tímido y fatigado los ríos. Dios quiso probar su fortaleza y se le apareció un niño para pedirle el favor de que lo pasara a la otra orilla. Cristóbal le obedeció y cuando cruzaba la corriente cargado con el niño, a mitad del río su peso se hizo insoportable y solo a costa de enormes esfuerzos consiguió llegar a la orilla. Cristóbal llevaba en hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió.

 

¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?

 

Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el Creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóbal, el Portador de Cristo. Cuando ayudes a cualquiera a pasar el río, me ayudarás a mí.

 

San Cristóbal es un santo muy popular y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado le han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales en todo el mundo, como la de Toledo y la Iglesia Católica de Ixtepeque y nos inspira a todos protección y confianza. Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo. Se le considera patrono de los transportistas y automovilistas.

 

VOLCÁN DE SAN VICENTE.

 

El volcán de San Vicente está ubicado en los municipios de Guadalupe y Tepetitán en el departamento de San Vicente; y San Juan Nonualco y Zacatecoluca en el departamento de la Paz en El Salvador. Se localiza aproximadamente a 60 kilómetros al este de la ciudad capital San Salvador. Es el segundo volcán de más altura de este país.

Consta de dos elevaciones: la más alta de 2.173 msnm con una depresión en medio, reminiscencia de lo que fue un cráter; la otra, de 2.083 msnm, que tiene forma de cono con un cráter abierto hacia el este. En la base del volcán, al lado sur, se ubican manantiales de aguas termales conocidos como los infiernillos que emanan fuertes vapores y humo sulfúrico; hacia el norte del volcán se extiende el Valle de Jiboa, una de las zonas más ricas de cultivo en este país. De este volcán se desconoce alguna erupción.

 

Este volcán es conocido también con el supuesto nombre aborigen nahuat de Chichontepec o Chichontepeque, que significaría Cerro de las dos tetas. Sin embargo, el historiador Jorge Lardé y Larín asevera que tal denominación fue un «invento» del coronel y licenciado Manuel Fernández en su obra Bosquejo físico, político e histórico de la República del Salvador de 1869.1 Al contrario, en el siglo XVI fue conocido como Iztepe o Iztepeque,2 y a finales de esa centuria, y a principios del siglo XVII, como Zacatecoluca;2 siendo en el siglo XVIII, muy probablemente, que adquirió el apelativo de San Vicente.

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El Personaje: Carlos Dardano

Tener sólo un ojo no es limitación para aterrizar un avión sin motores”

Viene de familia de pilotos. Su abuelo fumigaba campos de cultivos, su padre también volaba y él es desde su juventud piloto acróbata y comercial. En una de las hazañas más espectaculares de la aviación moderna, en mayo de 1988 aterrizó, con los motores quemados, un avión repleto de pasajeros en la borda de un río en las afuera de Nueva Orleáns. Eso lo llevó directo a la fama, especialmente porque seis años atrás, durante la guerra salvadoreña, perdió su ojo izquierdo cuando una bala le alcanzó el rostro mientras transportaba en una pequeña aeronave a una pareja de italianos.

Dárdano es todo un personaje. Trabaja desde hace 25 años en TACA, donde se desempeña como capitán comercial. Es, además, dueño de una empresa de aviación, en la que se enseña paracaidismo y vuelo acrobático (dos actividades que sigue practicando).

Antes de empezar esta plática baja de su carro unas fotos. Son las que le tomaron después de que el balazo impactara su cara. Las imágenes de aquel 19 de enero de 1982 son duras. La primera pregunta viene luego de verlas y hacerlas a un lado de la mesa.

 

 

 

¿Ya creía en Dios o lo hizo después de esto?

Siempre creía en él, no fanático pero sí creía. Ha habido varias veces en mi vida que ha habido una presencia fuera de lo normal.

 

¿Qué andaba haciendo ese día?

Yo era un piloto ejecutivo en El Salvador y volaba para la empresa Gutiérrez Flying Services. En 1981 me llaman a trabajar con TACA, tenía 22 años, pero yo amo y vivo la aviación. El trabajo que me habían dado era ingeniero carguero y entonces en los días libres, que era técnicamente prohibido por el contrato que tenemos en la empresa, yo me iba a volar a la otra empresa o mis aviones.

 

¿Tiene aviones?

Tengo una empresa de aviación, escuela, paracaidismo, taxis aéreos, propaganda aérea y toda esa paja. Entonces, ese día, tenía un vuelo a Tegucigalpa (con TACA) pero alguien me dijo que por qué no antes llevaba a unos ejecutivos de la presa San Lorenzo a la pista en un avión pequeño. Era un matrimonio joven con un hijo de seis años, eran los gerentes de la presa. Nos fuimos para allá, llegamos, sobrevuelo la pista y aterrizamos. Nos bajamos y comenzamos a oír unos disparos lejanos pero ya no me gustó la situación, entonces les dije que como no había ningún carro que era mejor que sobrevoláramos y cuando viniera la seguridad aterrizamos. Subo yo, el avión es de ala baja, y cuando ya nos íbamos la señora me preguntó si el niño podía hacer pipi. Le dije que sí, me quedé así, me apoyé en la cabina y vi el reloj. Faltaban tres minutos para las ocho de la mañana. Cuando me hago así (gira la cabeza) para dirigirme a ellos es cuando me da el balazo y caigo al lado del avión. Ahí es cuando comenzás a pensar veinte mil mierdas. No andaba armado, pensás en que te van a matar, pensás en correr. Lo primero que hice fue tirarme a la cabina del avión y lo comencé a arrancar.

 

¿Y la familia había entrado ya?

No, yo no los había visto pero seguían disparando.

 

¿Se veían los balazos?

Al avión le cayeron cinco o seis vergazos más. La familia se metió inconscientemente. La señora se tiró, yo aceleré.

 

¿Y usted miraba?

No, en ese momento yo iba agachado porque sabía que el avión iba recto. El tipo que disparaba parece que estaba en un ángulo que a la cabina no le daba. Despega, nos vamos entre los palos, ya iba yo viendo, sangrando horriblemente.

 

¿Y la pareja se había fijado ya?

Sabían que venía herido pero no me habían visto la cara. Por San Vicente tomé altura, cuando sabía que estaba fuera del rango de disparo. Era un vuelo de 20 minutos de ese lugar a Ilopango. El caballero se pasó para adelante y en una de esas volteamos a vernos y me reflejé en los anteojos de él y me quedé y dije “puta”. Me tapaba el otro ojo y no podía ver. Yo decía, talvez alguna esquirla me tapa la vista. La aflicción ya no era esa sino si podría llegar a Ilopango sin desmayarme y el tipo comienza a afligirse.

Ninguno tenía idea de cómo volar.

Nada y él me dice “enseñame a volar” y le dije que estaba loco, que tranquilo. Entonces se volvió histérico y tomó los controles del avión. Le tuve que pegar un codazo, tranquilo, le dije. Estábamos en ese momento entrando al lago(Ex Aeropuerto Internacional de Ilopango) y faltaban cinco minutos. Yo sabía que llegaba.

Pero comprendía lo que hacía el tipo, ¿no?

Claro, yo igual lo hubiera hecho o peor.

 

¿Y cómo sabía que llegaba?

La hemorragia ya había parado, la camisa y el pantalón estaban rojos y quedó un buen charco de sangre en el avión.

La bala se pasó llevando todo el pómulo y explotó el ojo. Llegamos a Ilopango.

 

¿Ahí le dijeron que perdería el ojo?

No, eso me lo dijeron…bueno no me lo dijeron. El doctor López Bertrand, compadre de mis padres, me atendió y yo le tenía mucha confianza pero desde que uno ve las reacciones de “vamos a hacer todo lo posible” ya uno está claro de que la situación no es salvable. Siempre uno piensa que puede corregirse, que yendo al extranjero, sin ponerse a pensar que aquí en el país tenemos lo mejor. Yo cometí la tontera de irme a Miami a hacerme una operación en el piso de órbita y solo a coger una infección fui, y la cicatriz me la dejaron peor. Aquí, el mayor trabajo que me hicieron fue plástico y fue excelente. Me dejaron nítido.

 

¿Y a todo esto TACA no dijo nada?

Ahí viene donde la empresa se porta sobrenatural conmigo. Los dueños, Roberto Kriete y Federico Bloch, me llaman a una entrevista y me ofrecen su apoyo incondicional. Me dijeron que si no podía seguir volando podría trabajar en otro puesto. Eso fue como volver a nacer; yo sabía que estaba joven pero mi sueño siempre fue ser piloto.

 

¿Qué fue lo primero que pensó cuando le cayó la bala?

Eso, que ya no sería piloto, eso era lo que me preocupaba.

¿Cuándo se dio cuenta que podría volar nuevamente?

Afortunadamente dentro de las normas americanas, como mucho piloto lisiado durante la guerra, ellos tienen un programa que se pasan pruebas para demostrar que se puede seguir volando. En la rama ocular tomaba casi un año y entonces yo regresé. Valga la salvedad que cuando salí del hospital, que estuve tres días, eso fue un sábado. Yo tenía mi avión y aún con todas vendas, que tenía como 150 puntos, y le digo a mi compadre, “mirá, vamos a volar”.

Nooooo.

Y como yo tenía mi avión…

 

¿Cuánto años dice que tenía?

22.

Joven y necio.

Es que mi aflicción era que me dijeran que no podía volar. Me reporté con torre, todo mundo sabía pero nadie me paró. Fui a dar una vuelta y hasta le hice un roll a la torre y ya con eso… me costaba más echar un líquido a un vaso que volar.

Precisamente de eso veníamos hablando…

Una de las cosas más difíciles es la profundidad. Si tú tienes algo así (señala su vaso) y ya con líquido y echarlo claramente en el lugar. Hay trucos pero igual ahora la profundidad molesta. Si estás retrocediendo tenés que saber que hay cierta variación.

 

¿Y cómo son las pruebas que le hicieron?

En Estados Unidos te hacen unas pruebas que el campo del ojo se agranda. Si tu tuvieras menos nariz o no tuvieras un solo ojo sería capaz de abarcar lo que los dos abarcan. Cuando tu pierdes un miembro, si uno tiene 90 grados pues hace 120 luego. Te meten en un cuarto y comienzan a sacarte lucitas de diversos ángulos y le decís al doctor cuando las ves. Me balearon en enero y yo para el primero de abril ya tenía mi certificado médico y listo para entrar.

 

¿Le cuesta más manejar un carro que un avión?

La verdad es que ya no me cuesta. Ando en moto, limitaciones al principio sí. Mi manera de ver no es recta, siempre me hago hacia un lado.

 

¿Sigue siendo capitán?

Sigo siendo capitán de A320, el mandamás, el piloto al mando.

 

¿Le ha pasado aquí que alguien se suba al avión y diga no quiero volar luego de ver que solo tiene un ojo?

No, gracias a Dios tenemos cierto prestigio en la aviación porque además soy piloto acróbata. Además, la emergencia en Nueva Orleáns te pone en estampa un sello de oro donde tu demostrás que la emergencia que hiciste es más difícil que un space shuttle (las naves que utiliza la NASA en sus transbordadores espaciales) y este fue un aterrizaje sin motores en la borda de un río. Mundialmente, y en las entrevistas que me hicieron en NBC, el hecho de que uno sólo tenga un ojo no es limitación para haber podido ejecutar la maniobra esa.

 

El Vuelo 110 de TACA fue un vuelo regular comercial internacional operado por TACA Airlines, viajando de Belice a Nueva Orleans. El 24 de mayo de 1988, el vuelo perdió potencia en ambos motores pero los pilotos lograron efectuar un aterrizaje de emergencia satisfactorio en un prado, sin provocar más que heridas menores. El capitán del vuelo era Carlos Dardano, salvadoreño, quien solo gozaba de la visión de un ojo, pues el otro lo había perdido como consecuencia de una bala, volando un avión, siete años antes, durante una guerra civil en su país.1

 

El avión, un Boeing 737-3T0 (registro N75356, número de serie 23838), efectuó su primer vuelo el 26 de enero de 1988, y entró en servicio con TACA dos meses más tarde.2 Este día, el vuelo discurría normalmente, despegando del Aeropuerto Internacional Philip S. W. Goldson de la Ciudad de Belize y sobrevolaba el Golfo de México frente a la costa de Louisiana.

 

La investigación de la Oficina Nacional de la Seguridad en el Transporte (NTSB) reveló que durante el descenso desde FL 350 (35 000 pies (10 668 m)) preparándose para su aterrizaje previsto en el Campo de Moisant en Nueva Orleans, los pilotos notificaron zonas de ligeras a moderadas precipitaciones en su procedimiento de llegada, representadas por colores verdes y amarillos en su radar meteorológico, así como "algunas zonas rojas aisladas" indicativas de zonas de fuertes precipitaciones a ambos lados de su patrón de vuelo programado.3

 

El vuelo entró en la zona de nubes a FL300 (30 000 pies (9144 m)), la tripulación seleccionó "empuje continuo" y encendieron el motor anti-hielo para proteger sus motores turbofán de los efectos de la precipitación y la helada, cualquiera de los cuales pueden causar un incendio, y provocar la pérdida de potencia. En lugar de volar una ruta entre las fuertes precipitaciones expuestas en el radar, se toparon con fuertes precipitaciones, granizo, y turbulencias. Pasando a través de 16 500 pies (5029,2 m), ambos motores se apagaron, dejando al avión planeando y sin motores o potencia eléctrica alguna. La Unidad de Potencia Auxiliar (APU) fue iniciada cuando el avión pasaba a 10 500 pies (3200,4 m), restaurando la potencia eléctrica. Mientras los intentos de inicio de motor por "molino de viento" usando el flujo de aire provocado por el descenso del avión resultaban insatisfactorio, los pilotos no tuvieron problemas en arrancarlos con la potencia de la APU. Sin embargo, ningún motor lograba acelerar hasta velocidad de ralentí, ni mucho menos lograr un mínimo de empuje. Los intentos de adelantar las palancas de gases solo provocaron que los motores se recalentasen, por lo que procedieron a su apagado para evitar un fallo catastrófico. Los pilotos aterrizaron en un campo de hierba en la Instalación de la Asamblea Michoud de la NASA en Michoud al este de Nueva Orleans, provocando un aterrizaje seguro.3

 

Los investigadores de la NTSB determinaron que el avión había volado de forma inadvertida en una tormenta de nivel 4 y la ingestión de agua había provocado la congestión de ambos motores al haber superado la capacidad estándar determinada por la Administración Federal de Aviación (FAA). El avión sufrió daños en los álabes por el granizo, y su motor del lado derecho (número 2) quedó dañado por el sobrecalentamiento.3

 

Al principio, se planeó retirar las alas y transportar el avión a una instalación de reparación en barcaza, pero los ingenieros y pilotos de pruebas de Boeing decidieron efectuar un cambio de motor en el lugar y despegar desde la carretera pavimentada adyacente que daba acceso a la instalación.3 El 737 despegó de Moisant para efectuar sus reparaciones. El avión regresó posteriormente al servicio activo.

 

La investigación concluyó que los motores habían fallado "como resultado de un encuentro en vuelo con una zona de fuertes precipitaciones y granizo. Una causa que contribuyó al incidente fue el diseño inadecuado de los motores y que los certificados de ingestión de agua de la FAA no hacían mención a las tasas de agua previstas en tormentas con precipitaciones moderadas o fuertes.

VIAJES EN AVIONETA EN TIEMPOS DE GUERRA. MORAZÁN

Ilopango. 1984, Parqueé mi Volkswagen rojo y me dispuse a chequear y pagar cincuenta colones para mi viaje, A OSICALA,  a dar mi conferencia a jóvenes. Ya volando, Me dio miedo cruzar el lago de Ilopango en la avioneta taxi. Solo 4 pasajeros y el piloto. Se podía ver la profundidad del lago cráter. Yo Iba a enseñar en una convención de jóvenes a San Francisco Gotera sobre el tema Noviazgo Cristiano. Pude ver de lejos mi pueblito natal: SAN PEDRO NONUALCO; Cuando pasaba enfrente del volcán Chinchontepec, San Vicente. Desde este volcán le dispararon a una avioneta, los insurgentes, cegando de un ojo al  piloto Carlos Dárdano. Este hizo una hazaña al planear un avión de TACA, viendo con solo un ojo. El otro lo perdió en el ataque de los insurgentes del batallón ANASTASIO AQUINO.

http://carlosdardanosalvadoreno.blogspot.com/

https://es.wikipedia.org/wiki/Vuelo_110_de_TACA

Que emoción. El valle de Jiboa bajo mis pies. Luego apareció como una mazacuata tratando de alcanzar el océano Pacífico el rio Lempa para beber agua salada. Sus dos puentes destruidos por la guerra civil.

 Osicala, un pueblo del departamento de Morazán. Aquí se llevaría a cabo la convención.  San Francisco Gotera. Aquí se encontraba el aeropuerto artesanal de tierra. Yo creía que era necesario uno de concreto para que la  avioneta CESSNA aterrizara. Polvazón al aterrizar. Mi maleta con mi Biblia. La avioneta seguía su ruta a La Unión y San Miguel; recogiendo y botando pasajeros. La gente viajaba mucho en estas avionetas para evitar las carreteras plagadas de militares y guerrilleros. Los dos puentes que unen Oriente volados – derrivados-. Parecía que el país se dividiría en dos: Oriente y Occidente. Como Viet Nam del Norte y Sur ; o Corea del Norte y Sur. Aquí sería El Salvador Oriente y El Salvador Occidente, el Lempa de por medio. Nadie ganaba la guerra civil. USA sostenía económicamente y militarmente para detener el comunismo. Dominó: Nicaragua, luego El Salvador, Guatemala y México. Luego el comunismo hasta Washington.

Me hospedo en un cuarto con hamaca y una cama de henequén en el centro de GOTERA. Arturo Membreño, presidente regional de jóvenes, me espera. Esa noche nace Arturito, su hijo.  El día siguiente, Llegan grupos de jóvenes de las iglesias vecinas a San Francisco Gotera. Los jóvenes aportaron para mi pasaje y para el fondo general juvenil. Membreño había sido pastor en las montañas y por la fuerza de los insurgentes había venido a San Francisco Gotera donde la iglesia se hizo grande con los creyentes que venían de Perquín y otros pueblos vecinos de Morazán huyendo de la guerra. La mayoría de la gente de Osicala emigró a USA Y  mundo.

De regreso de la convención juvenil. A 500 metros de San Francisco Gotera está la mini pista. El norte del departamento de Morazán tomado por insurgentes. Rio Torola es testigo. Presuroso llegó a abordar la avioneta. Vamos a La Unión, San Miguel, Usulután, buscando pasajeros. Viaje de 30 minutos. Mi Volkswagen  rojo esperándome en Ilopango.

OTROS VIAJES A MORAZÁN

Un año más tarde asistí a este bonito pueblo de OSICALA para enseñar a jóvenes del distrito de San Francisco Gotera otra vez. En avioneta salient0o de ILOPANGO. Una vez más fue un viaje escuela conociendo mi país y guardando recuerdos de mis viajes por las 23 regiones en que se dividía nuestro trabajo juvenil.

 20 años después regresé con Moisés Ramírez y encontré una iglesia poderosa. En tres manzanas, con radio, TV, internet, colegios. La guerra sirvió para mucho, no solo para lamentarnos. También con Enrique Magaña regresé como conferencista a las convenciones de Fraternidad de Varones, ministerio para Adultos Mayores. Mario me hospedó en Perquín y pude montar a caballo y ver el museo de la guerra civil que está en la ciudad. Lo que más me impresionó un boquete de una bomba de 500 libras lanzada por aviones USA. Fotos y G3, M16 . Conocía armas que nunca había visto.

Viajamos a la frontera. Rio Sapo, Ruta de la Paz. Que no se repita la guerra

Gratos recuerdos de nuestra guerra civil.

http://espanol.mapsofworld.com/wp-content/uploads/2011/10/mapa-de-morazan.png

 

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NEQUEPIO

Del fondo de los océanos emergiste, Nequepio

Para unir las Américas, millones de años, ha.

Hoy, nombre de DIOS te pusieron: El Salvador

Y así: Nequepio, Cuscatlán, Pulgarcito, vá

 

Tropel de caballos cruzan el rio Paz

Pedro de Alvarado irrumpe la paz

300 años de colonización empiezan

Hispania ibérica católica invade Cuscatlán

 

Tonatiuh, el Adelantado, el Sol, en Acajutla

Preñaba indias bellas por noche. Deleite eros

Pavo real de colores, sus hijos. ADN real

Luego, la historia por 500 años de estirpe

 

Dos culturas chocan, se amasan y amansan con el tiempo

Religión, lenguaje, sangre: Revoltijo  de etnias nace aquí

Una nueva sociedad se  incuba en el vientre de Nequepio

La civilización envenena montañas, cielos, ríos, aire y mar

 

Pipiles, lencas, Chrotis, Uluas, Kakawiras: pueblos nativos

Funden su sangre pura con sangre azul de españoles.

En catedral, pueblos, ciudades y cantones, se alza la cruz

Desaparece los dioses: Sol, Luna, Estrellas, Jaguares y Maíz

 

 

 

 

Rumbo al sur pasaron por siglos pueblos originarios genios

A poblar el sur de la América. Chinchorros, incas y nazcas.

Siempre había un remanente poblando Nequepio - Cuscatlán

Los volcanes, montañas y lagos son testigos de esta historia

 

Machu Pichu, Nazca, Amazonas, indios, pasaron por  aquí, por

“Tierra extraña”, Tierra Mágica llena de lagos y volcanes:

Científicos, ingenieros, sociólogos y arquitectos genios

Van al sur, pasando por NEQUEPIO, tierra fértil y mágica.

 

Nequepio, nombre olvidado por los salvadoreños híbridos

Estampida de mareros y guerrilleros. ¿Quién los para, hoy?

Ni la ONU, ni OEA pueden. Solo el destino y Tonatiuh

El tiempo pasa: Nuevas generaciones aparecen poblando

 

Ciegas repúblicas se forman en Centroamérica, ODECA

Rompecabezas en América. Llegan los euros, rusos y chinos

“Dolorosa y sangrienta es su historia,” “violencia, maldita seas.” 

Sombrero azul: “Nietos del Jaguar”… ¡Aquí estamos¡

 

Los gringos provocan la guerra otra vez. Yankees go home

70 mil mueren: Jesuitas, obreros, maestros. Desaparecidos

De la locura a la Esperanza. El Salvador, 25 años, ha. 2017

“De la paz en la dicha suprema,”… ¡Seguimos buscándola¡

 

  barillasenrique@gmail.com

http://anecdotariodevida.blogspot.com/

 

 

GLOSARIO

PEDRO DE ALVARADO. Tras la toma de Tenochtitlan en 1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones más al sur, lo que le permitió pasar a la historia también como conquistador de Guatemala y El Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque siguiendo a Cortés, también concluyó la conquista en Honduras.

En 1524, Pedro de Alvarado ordena la fundación de la primera capital colonial de Guatemala: Santiago de los Caballeros inicialmente en Iximché (Tecpán), luego refundada en 1527 en el valle de Almolonga (hoy el barrio de San Miguel Escobar en Ciudad Vieja, Sacatepéquez) tras una revuelta indígena.

 

En 1525 ordenó a Gonzalo de Alvarado la fundación de una villa con el nombre de San Salvador en el Señorío de Cuzcatlán, para dominar los naturales de esas tierras. Ambas localidades llegaron a tener tanta preponderancia en sus respectivas provincias jurisdiccionales que terminaron por convertirse en capitales de las repúblicas de Guatemala y El Salvador, respectivamente; aunque ninguna está en su emplazamiento original hoy en día.

 

En 1527 viajó a España y se entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor gloria, al recibir del emperador los nombramientos de gobernador, capitán general y adelantado de Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva España. Sin embargo, a su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva España lo encarceló y lo procesó; sólo pudo librarse del cautiverio por la intervención de Cortés.

 

 

 

TONATIUH. Al conquistador español Pedro de Alvarado se le atribuyó el nombre de Tonatiuh por su pelo rubio y ojos celestes. El icono del sol de manera ancestral era el águila, en náhuatl cuauhtli.

 

NEQUEPIO. El mismo nombre Nequepio suscita alguna extrañeza para quienes han visto el título de la obra. No se trata más que del nombre con que se conocía La parte de Cuzcatlán desde el sur centroamericano; desde Panamá y Nicaragua. Hay varias descripciones geográficas que hacen coincidir ese nombre con el Cuzcatlán nahua-pipil, además del uso común que se hizo de él en León de Nicaragua. Se le ha dado la explicación etimológica de “tierra extraña”.

El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523, había sido reseñado muy superficialmente, sin un estudio pormenorizado, de su integración, circunstancias y alcances geográficos. Sin embargo, su interés está más allá de las usuales breves menciones, con mucha documentación que refleja los preparativos, la integración y los resultados contradichos por algunos contemporáneos, incluso por el cronista que más se refirió a esta navegación, considerada un viaje menor dentro de los de descubrimiento, como es Gonzalo Fernández de Oviedo.

 

El descubrimiento de las costas del actual El Salvador, por la expedición de Andrés Niño y Gil González Dávila en 1522-1523. El viaje de Andrés Niño involucra la presencia trascendente del controvertido Pedrarias Dávila, que quiso entorpecer la expedición de Niño y González Dávila por una no disimulada envidia por las capitulaciones que habían firmado con la Corona. Pedrarias Dávila, primero gobernador de Panamá y luego de Nicaragua, por otro lado, con los ímpetus dirigidos hacia el norte del istmo, siempre pretendió hacer valer los derechos que creía tener sobre la región salvadoreña translempina oriental y aun sobre la margen derecha occidental,cislempina, del río.

Diego López de Salcedo, en enero de 1529, cuyo resultado inmediato fue la invasión del oriente, hoy salvadoreño, entonces llamado genéricamente Popocatépet “cerro que humea” por lo españoles de Nicaragua, y su llegada, a finales de ese año, de la tropa al mando de Martín

Estete, hasta la recién establecida villa de San Salvador, en 1528, sobre la cual también reclamaba derechos. Estos aducidos derechos sobre San Salvador en Ciudad Vieja tienen un antecedentehasta ahora prácticamente ignorado en la historia colonial salvadoreña.

Se trata de la llegada de Hernando de Soto a la “gran ciudad de Nequepio”, o sea, la población de Cuzcatlán, a finales de 1524, o en los primeros días de 1525, lo que está plasmado en la carta de Pedrarias Dávila a Carlos V de mayo de 1525, desde Panamá. Nunca se le dio interés por los historiadores nacionales porque erróneamente situaron Nequepio como otro nombre de la Choluteca hondureña. La llegada de Hernando de Soto a la población de Cuzcatlán es la explicación de la fundación apresurada del primer San Salvador a principios de 1525, con solamente un ayuntamiento compuesto por la tropa enviada, un cabildo organizado en el real, en el campamento, sin ninguna pretensión inmediata de poblamiento ni urbanismo, porque lo indispensable era marcar jurisdicción de conquista para Pedro de Alvarado, ante la ya manifiesta avanzada por el sur en nombre de Dávila.

El libro también refiere la prisa por establecer la villa de San Miguel de la Frontera en el Popocatépet oriental, en 1530. Una aportación de las Crónicas son los datos sobre el comercio esclavista desatado después de la refundación de San Miguel, en 1535, con barcos que llegaban a cargar indígenas al golfo de Fonseca para llevarlos como esclavos al sur.

Capítulo especial merece, en el libro, el frustrado viaje de Alvarado a las islas Molucas, expedición que partió de Acajutla a principios de septiembre de 1540 y terminó en México, po Uno de ellas sería, ya muerto Alvarado en julio de 1541, la de Juan Rodríguez Cabrillo, enviada por Mendoza, que descubrió la Alta California a finales de 1542, donde se emplearon barcos de

Alvarado, al igual como se habrá utilizado más de alguno proveniente de la armada de Acajutla en el descubrimiento de las islas Filipinas por Ruy López de Villalobos. r los arreglos con el virrey Antonio de Mendoza. Quien le dio carta de ciudadanía a Amapala fue Pedro de Alvarado, al organizar allí su flota para la expedición hacia el Perú, reconcentrada frente a la caleta del sitio en el año 1533. Desde Amapala salían españoles con indígenas auxiliares a combatir indígenas rebeldes que se hacían fuertes en peñoles y amenazaban a la débil y novata villa de San Miguel, establecida en las proximidades del pueblo indígena de Usulután.

 En 1590 se creó la guardianía franciscana de Santa María de las Nieves en Amapala, y el convento se levantó en 1593 en el lugar hoy conocido como Pueblo Viejo, sitio arqueológico depredado que marca el emplazamiento del convento seráfico, destruido por bucaneros franceses al mando de un capitán Grogniet en 1686. Santa María de las Nieves tuvo a su cargo la atención religiosa de los habitantes de las islas Meanguera y Conchagua, también llamada isla de Amapala, hasta que los isleños vieron sus pueblos incendiados por filibusteros ingleses en 1684, por lo que un grupo de ellos fundó el nuevo Santiago de Conchagua en tierra firme, al pie del volcán de Amapala, hoy volcán de Conchagua.

 A Amapala había llegado, en 1590, el grupo de ingenieros enviados por la Corona para evaluar la posibilidad de la ruta transístmica Fonseca-PuertoCaballos, expertos encabezados por el célebre Juan Bautista Antonelli.

Las Crónicas de Cuzcatlán-Nequepio y del Mar del Sur han sido el fruto de un buen esfuerzo y de mucha investigación por varios años. Una obra muy particular en su género, que viene a enriquecer la literatura histórica sobre los siglos de la monarquía española en las provincias salvadoreñas.

 

 

 


























 

 

 

 

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