martes, 24 de marzo de 2020

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO OPERANDO EN LA IGLESIA, R. WILLIAMS


LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO OPERANDO EN LA IGLESIA,
ESCRIBE: RAFAEL WILLIAMS
Juan Franklin, quien había estado con nosotros en Santa Ana por dos años, esperando su ingreso de EL SALVADIR a Guatemala como misionero estadounidense, me escribió diciendo que había un derramamiento del Espíritu Santo en Horcones, Jutiapa, cerca de la frontera . Gerardo Ortiz era el pastor de esta iglesia. Me pedía que le asistiéramos.
Gerardo no era considerado un pastor sobresaliente, pues no había estudiado la primaria. No había podido pasar a segundo años del instituto Bíblico, a pesar de haberlo repetido dos veces. Esto no impedía su servicio a Dios en una forma ferviente. Ganador de almas para Cristo en su campo. Había un gran derramamiento del Espíritu Santo en su pueblo. Había un Aposento Alto allí. Eran 40 creyentes. Se reunían un humilde galerón. Dios tenía que enseñarnos mucho a nosotros como misioneros y nacionales. Los creyentes eran de raza maya- quiché. Siempre había ferviente oración y alabanzas en lenguas en esta iglesia. Había un exceso de exuberancia pentecostal incontrolable: danza, gritos, Lenguas angelicales constantes. Tratamos de ambientarnos al ambiente súper pentecostal allí. Algunas veces dudábamos fuera el Espíritu Santo en acción.
Desde mis primeras experiencias pentecostales en Inglaterra, nos enseñaron a respetar y no criticar las experiencias pentecostales en la congregación. Este caso fue motivo de oración y preocupación.  
Estudiamos cuidadosamente las Escrituras y explicamos a los hermanos las manifestaciones del Espíritu Santo en la iglesia, según el libro de los Hechos y las cartas del apóstol Pablo. El propósito del Pentecostés en la iglesia se les explicó cuidadosamente.  Solo lo que es agradable en la presencia de Dios debe practicarse en la congregación pentecostal. Les explicamos que las oraciones no debían ser repetitivas sin sentido alguno. Ni repetir sonidos, ni imitaciones físicas como aplaudir, sacudirse. Todo impulso emocional debe venir de Dios. No deberán llevarse por impulsos personales. La explicación se las impartimos cuidadosamente a los hermanos sin ofenderlos, ni apagar el interés en la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Con amor lo hicimos en base escritural de la Biblia.  Una noche, mientras todos orábamos de rodillas, había un grupo de muchachas que hablaban en Lenguas y gritaban emocionadas en la presencia de Dios. Gritaban tan fuerte que tuvimos que imponerles las manos suavemente para tranquilizarlas. Me sentí sorprendido en la forma que les hablé para aquietarles. Las palabras que les dije vinieron fuertemente como voz de Dios y no en mis fuerzas. Toda la congregación se sentó y oyeron atentamente la explicación que les Impartí sobre los dones del Espíritu Santo y  evitar en excesos carnales en las congregaciones.
Les animé a seguir orando y pronto vino otra llenura del Espíritu Santo con manifestaciones físicas como antes. Durante el siguiente tiempo de oración ferviente, las muchachas danzaban, Varias personas recibían el Bautismo del Espíritu Santo en humildad. Esto del servicio estuvimos en la presencia de Dios disfrutando pentecostés.
Estos cultos continuaron por varios días y les instruimos en la Biblia. Dios me enseñó lo que debía enseñares  la Biblia más claramente y sin miedo. Con autoridad. En ocasiones debía ser claro, firme, sin vacilaciones en la enseñanza de de las verdades eternas de la Biblia. Vi armonía en el Espíritu Santo. Estaba convencido no debía temer ni vacilar cuando se trata de explicar las verdades divinas a los hermanos.
En una reunión de pastores y líderes locales cayó una presencia de Dios muy fuerte. Había oraciones clamorosas. Era hora de terminar la reunión. Una hermana se quedó orando con voz muy fuerte que se oía en todo el local. Oraba en lenguas y desarmonizaba en la reunión. Me sentí movido a imponer mis manos sobre su cabeza y en voz suave le  susurré al oído: “Hermana, descanse en el Señor”. La hermana inmediatamente cambio a una oración suave y el programa del culto siguió su curso normal.
En otra ocasión vi como Dios tomó control de una congregación de 200 gentes. Dios le hacía en una forma preciosa. Dios lo hacía en una forma formidable, pero yo tenía que verlo creerlo y entenderlo. Todos estábamos parados orando en Lenguas y adorando a Dios., A la par mía estaba una hermana muy agitada orando. Alzaba sus manos como si tuviera cargando  un canasto en sus manos y lo mecía de lado a lado. Su cara mostraba esfuerzo y agitación. Luego parecía que el esfuerzo parecía menos. Menos movimiento corporal. A medida que ella oraba la presencia de Dios se esparcía más y más a toda la congregación.  Su tolerancia y resistencia mostraba en su rostro una felicidad. Esa felicidad se contagió a toda la congregación.entendi que yo había presenciado una batalla , de la cual yo no sabía nada, pero que la hermana maya- quiche, había prevalecido en su lucha hasta quebrantar al enemigo de nuestras almas, trayendo a la congregación a un lugar de remanso, pureza, unidad, y adoración espiritual.
Experiencias como estas me enseñaron que aunque no entendiera lo que el Espíritu santo estaba haciendo  para enseñara a su pueblo, lo hacía en una forma que solo Él puede hacer. Él dirige y enseña en una forma que  solo él sabe enseñar, sin pizarrón, ni aula.” Con gemidos indecibles”, “El Señor confirmaba a los apóstoles con SEÑALES”.
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